Mi angel

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Khaos
—Yo elegiré tu ropa— dije a sus espaldas

Levantó sus manos en rendición girando hacia mi

Entre a la habitación buscando algo en una de mis maletas había traído una maleta entera de regalos para ella. Era un traje blanco de tres piezas un top, pantalón y saco del mismo tono perlado unos tacones con suela roja

Ella entró y miró la ropa sobre la cama

—Espera afuera no?— dijo

Asentí saliendo cerrando la puerta a mi atrás dándole el espacio que necesitaba

Me senté en el sillón esperando su salida sabía que tardaría asique me acomode

Pensando en que siempre que cuando uno se enamoraba para que fuera verdadero tenía que amar hasta el nombre de aquella persona tan especial y que con tan solo decirlo tu corazón late con la sola idea de que eso se siente amar

Salió de aquella habitación caminado como un ángel se veía jodidamente bien

Me empezó a latir otra cosa y no era mi corazon 

—¿Cómo me veo?— preguntó feliz

—Sin palabras

Ese efecto causaba en mí algo tan indescriptible era que no se podía expresar ni con dibujos o palabras solo sonríe y mi mundo brilla. Aún seguía sin acostumbrarme a esa debilidad que sentía ante ella ese bajo de defensa cuando me encontraba a su lado

Me levanté tomándola de la cintura con delicadeza besando la comisura de sus labios sentía como su corazón palpitaba fuertemente ante mi agarre

—Te hice esperar mucho?

—No te preocupes, vamos los chicos nos esperan con la camioneta

Cuando bajamos al lobby, sonrei al ver las miradas que atraia mi mujer mi dulce Alia aquella que solo era mia

Solo una de mis miradas frías bastó para que se pusieran nerviosos no me gustaba que vieran lo prohibido y más si era mío

Lleve a Alia a una galería donde se encontraban las mejores tiendas de las marcas más lujosas, ella se veía completamente feliz comprando me encantaba como le daba utilidad a mi dinero

Escogió bastantes vestidos 

Me senté en el sillón tomando la champaña, me modelaba cada diseño creando pensamientos impropios de mi mente, anseba tenerla

Ella salió luciendo como la reina que es sus curvas resaltaba su cintura que tanto amaba

Me encantaba cómo lucían sus clavícula su hermoso blanquecino cuello y esa hermosa sonrisa que tenía la capacidad de llenar cada hueco de mi alma negra

—Como me queda?— pregunto con felicidad

Mi respiración se volvió pesada y las palabras no salían de mi boca, sus ojos celestes me recorrieron y se detuvieron en mi errecion

—¡Khaos!— sus mejillas se tornaron rojas de vergüenza

—Tu querías una respuesta— exclame con una sonrisa vacilante

—Esperaba una verbal no una física, pero gracias por tu sinceridad—  comento con leve nerviosismo 

Ella se dirigió al probador y como su perro faldero la segui

Deje la champaña y entre al probador junto a ella, estaba teniendo problemas con el cierre

—Déjame ayudarte—susurré en su oído 

Puso sus manos al costado de su cuerpo, con delicadeza deslice el cierre besando su hombro

—No traigo brasier—susurro 

Pegando el vestido a su pecho para que no cayera y la dejara desnuda

Mire hacia abajo donde reposaba su ropa tome su brasier

—Prometo no ver nada—murmuré

Ella solo cerro los ojos mientras pasaba los tirantes de la prenda por sus brazos el vestido cayo en seco al piso.

Abroche su brasier, y mis dedos sse deslizaron por su espalda hasta su cadera apretándola, mi autocontrol estaba desapareciendo, bese su mejilla, me apoye sobre la pared cerrando mis ojos mientras ella terminaba de vestirse

Cada vez que veía el precio de aquellas prendas sus ojos se abrían como platos notando preocupación no estaba acostumbrada a ver ese tipo de precios

Éramos tres hombres por las calles de Milán cargando bolsas llenas de vestidos, zapatos y joyas para una sola mujer la mía

Sentía sobre mí las miradas de mujeres casadas frustradas. Lanzaban miradas de deseo ante mi cuerpo pero al ver que mi mujer iba agarrada a mi brazo bajaban sus vistas

Llegamos al hotel pedí el almuerzo a la habitación

Alia se sentó sobre la mesa masajeando sus pies

—Odio los tacones siempre me dan dolor

Me acerque a ella y me arrodille a sus pies le quite los zapatos la cargue de forma nupcial a la cama

—Gracias noble caballero— dijo con gracia

NARRADOR OMNICONSCIENTE
 
Alia y Khaos lograron volver a tener comunicación.

La semana de la moda había terminado espectacularmente el matrimonio no se había perdido ningún desfile después de cada uno de ellos Khaos se encargaba de llevar a su mujer a una exquisita cena en los mejores restaurantes solo para ver su sonrisa
Cada día que pasaron se estadía en aquel lugar un regalo nuevo esperaba sobre la cama a Alia joyas perfumes libros todos elegidos por su amado. Se notaba agradecida

Su confidente durante su estancia en Milán adoro ver la sonrisa de su esposa durante cada desfile ver cómo sus ojos se iluminaban 

SÁBADO 2:30 AM NOCHE DESPUÉS DEL DESFILE DE CIERRE

La chica se movía de un lado a otro en la cama sudaba frío y susurraba nombres incomprensibles

De golpe se sentó en la cama con un dolor en el pecho agudo sus manos temblorosas y lágrimas empapando su rostro

Se levantó buscando algo con desespero en su maleta cuando  logró encontrar el frasco aquel mismo se le fue arrebatado de las manos con rapidez

—Ahora te drogas— dijo con furia el castaño

—No—

—Bien dime quien te consiguió esto mis hombres no lo harían si no me hubieran avisado— demandó— ¡Habla Alia dime quien mierda te dio drogas!

—Fue Rosa ella me las consiguió, son pastillas para dormir— exclamó la chica arrebatando el frasco a su esposo

—Cada cuánto son tus pesadillas

—Dos si tomo las pastillas cuando no lo hago suelen ser cinco en una noche sin poder dormir— susurro

—Vamos— extendió su mano a su esposa ella la tomó estremeciéndose al rozar la piel de su marido

Se dirigieron a la cama el empezó a darle mimos en su pelo mientras ella volvía a su sueño
No pego un ojo en toda la noche contar de que ella pudiera dormir bien y segura

—Mi ángel—susurro

Nota de autor:

se acercan escenas muy buenas se los aseguro

Y no e olviden de comentar es que adoro leer sus comentarios encerio

💋

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