La 3era Familia Guzmán Madrigal ||♡Mariano X Bruno♡||

Recuerdos de una navidad🌲❤️

Los hermanos Guzmán eran reconocidos y envidiados por ser los niños que más tenían juguetes. Los coches de madera y las muñecas de las telas más suaves eran los regalos que recibían cada año gracias a su padre.

Pero cuando este falleció todo aquello había acabado. El dolor de su perdida fue recompensado por el último bebé de la familia, Mariano Guzmán.

Aquel niño no crecio como sus hermanos ricos en regalos, pero si era feliz, sobretodo para estas fechas decembrinas y a sus 16 años recien cumplidos aún mantenia ese espiritu e inocencia de creer.

- ¡Mamá! ¡ahora vuelvo!

- Termina de cenar. Luego podrás irte.

Miro su chocolate caliente, aún estaba caliente para tomarlo, pero se hacía tarde para lo que planeaba hacer.

- Muy bien... todo sea por el amor de Bruno.- dicho esto tomo apresuradamente el chocolate descansando solo para respirar y volver a tomar.

Sus hermanos sentados junto a él le veían raro.

- ¿En serio, Mariano? De los cuatro ¿tú debias ser el raro?.- dijo Jeronimo con desdén a su hermanito.

- Cállate que solo sabes criticar!.- se defendió.

- Uuuy! Perdón. El muchachito perfecto se molestó.- contraataco mirando los ojos molestos de su hermano menor. Suspiro y bajo su taza para hablar- esta noche deberias aprovechar a salir y conocer más niñas de tu edad ¿acaso no ves como te devoran con la mirada? Eres su sueño, Mariano.

- Lastima por ellas, yo ya tengo mi sueño.

- Y sigues siendo el mismo necio, Bruno te dobla la edad y ademas... a él no le importa tu amor.

Mariano apretó con fuerza la taza sin importarle quemar sus dedos con lo caliente del chocolate. Quería gritarle y golpear a su hermano, pero solo suspiro calmandose.
A Bruno no le agradaría si el fuera agresivo.
Solo le miro con una con una sonrisa y mirada prepotente.

- A cuanto los c'elotes?

Teresita quiso soltar una risa, pero se contuvo. En cambio Sandra no lo hizo riendose en la cara de su hermano mayor.

- Jajajaja te calló, Jerónimo!

- Pequeño, mocoso...- gruñó el mayor, pero el menor ya no estaba.

Mariano no tuvo tiempo para descansar. Si tenía suerte, Bruno aun estaba en camino a donde siempre iba en estas fechas.

Aquel lugar no era muy bien visto por la mayoría. Era un lago de helada agua, arbustos verdes en todo su esplendor y de una vibra melancolica a la vez de alegre.

Era donde Pedro Madrigal había fallecido.

Mariano se quedo entre los arbustos hasta mirarle llegar.

Bruno visitaba ese lugar deseando por la paz que desprendía además de ser el último lugar donde su padre estuvo antes de morir.

El joven se sentó de piernas cruzadas en la tierra donde crecia un suave pasto. Se relajo concentrandose en el agua que comenzaba a moverse debido al viento.

- Papá... lo siento.- murmuro, pero Mariano logró oirle correctamente.- ¿por que tuve que ser el unico varon? Todo recae en mi.- se lamentó soltando sus lagrimas.- perdóname...

- Bruno.- susurro el joven sintiendo todo su dolor.- amor mío...

El joven de 25 años lloraba lamentandose ser tan debil, de no ser como su padre fue a su edad. Necesitaba cariño, un cariño que hasta la fecha le fue negado y despreciado por su don.

- N-nadie va a amarme, papá... nadie quiere a un fracasado.. nadie quiere a un mal augurio como yo..

Mariano casi sale corriendo a abrazarle, pero una mariposa que brillaba como el sol paso frente a él.
Maravillado vio como muchas más mariposas se acercaba a Bruno y le rodeaban. El joven levanto la mirada con los ojos rojos por el llanto.

- ¿Pero que...? Jajaja ay jajajajaja.- empezo a reir por las cosquillas que le hacian las mariposas en sus brazos y rostro.- jajajaja basta, jajajaja

La melodiosa voz de su vidente le hinoptizó por completo. Admiraba cada rasgo del vidente y bajo la luz de la luna era aún más hermoso si eso era posible.
Las luciernagas se unieron a las mariposas dando vueltas y vueltas.
El bello rostro del joven denotaba una gran felicidad, sus hermosos ojos brillaban de un verde fosforecente que mientras a otros asustaba a Mariano enamoraba.
Demasiada belleza y para él solo. Todo en Bruno era solo para él.

- ¿Cómo es que la gente no puede notar este Encanto?.- murmuro mirando al joven reír y bailar con las mariposas alrededor que parecían bailar junto a él.- ¿Cómo son capaces de despreciarlo en lugar de admirarlo? Tan bello, tan hermoso, demasiado hermoso...

Pasaron unos minutos de risas donde Bruno cayó de rodillas aun con una gran sonrisa en sus labios. Respiraba agitado por lo cansado que estaba.

Era como si su padre hubiera estado con él. Ojala nadie le haya visto, pues era vergonzoso que alguien de 25 años estuviera jugando cual niño pequeño.

- Ah! Jajaja eso fue divertido jeje... papá, ójala puedas escucharme... te extraño y prometo ser mejor con mi madre, con mis hermanas, conmigo mismo... y s-si... hay alguien que me interesa...

- ¿Qué? ¿Le interesa alguien?.- de repente los celos inundaron sus venas haciendo su sangre hervir hasta que Bruno siguio hablando.

- no es una mujer como debería ser. Padre, del que te hablo es un hombre de quien te hablo...

Mariano puso atención de repente, atento a que dira.

- Es apenas un niño para mi, aun mantiene esa inocencia, aunque a veces no lo hace tanto.- murmuro sintiendo su rostro sonrojado de recordar los piropos atrevidos de cuando era más menor.

Mariano se dio un facepalm asimismo.

- aún asi, él me hace tan feliz. Siempre ha sido bueno conmigo, siempre recordandome lo especial que soy aun cuando todo esta en su contra él no se da por vencido... si tan solo fuera un poco mayor... no, si tan solo él supiera que lo que me hace sentir no es un simple juego.- sonrió antes de levantarse y caminar hacia su hogar. Su hermanas seguro lo estaban buscando.

Cuando se alejo lo suficiente Mariano salió disparado de aquel arbusto.

- ¡Jajajajaja! ¡lo logré! ¡lo logreeeee! ¡logre que sintiera lo mismo que él me hace sentir! Jajajaja aah... mañana mismo le pido matrimonio.- exclamo decidido.- espera! Como le pido matrimonio si todavía no es mi novio? Mmm... necesitaré cartulinas y colores

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