Cafuné. - Lawlu.

cafuné 3.

Inglaterra, Oxford. Monkey D. Luffy.

Se removió en el asiento increíblemente incómodo, ¿Por qué mierda viajaba en esa clase si su abuelo podía haberle pagado primera clase? Aún peor, ¡Su padre pudo hacerle viajar en el avión privado de su empresa! Suspiró agotado, acabado, pero todos esos pensamientos habían sido removido por positivos. Servía de anécdota, algo gracioso que contar, después de todo el quería ser libre, y voluntariamente comprarse su boleto fue el primer paso, sin pensar que la comida era un asco y los asientos también.

Se bajó del avión con los huesos echándose gases, o decía Ivankok cuando sonaba el esquelo.

— ¿Monkey D. Luffy? —, dirigió su vista hasta la voz que dijo su nombre. Un hombre que si le preguntas su edad, te diría "todos." Aunque exageraba. — ¿Monkey D. Luffy?—. Repitió mirándolo fijamente.

Luffy movió su cabeza en respuesta positiva, saludando aquel hombre con una pequeña reverencia, pero eso fue incómodo, porque el viejo quería juntar las manos.

Antes que ambos se diera cuenta del choque cultural, apareció un hombre de cabello rojo con una cicatriz en el ojos, acercándose al menor con una sonrisa.

— ¿Monkey D. Luffy? Tanto tiempo sin verte. — se reía el hombre abrazando al nombrado por los hombros.

Luffy comenzó a reír también emocionado, era su tío Shanks, el hermano de su madre, el hombre que fue una figura paterna para él.

Sintió ganar de llorar de la nada, pero todo eso fue lanzado a la mierda e intercambiado por una ola de felicidad.

— ¡Shanks! Tanto tiempo, viejo, Sabo me dijo que estarías en Inglaterra, pero no pensé que aquí, y justamente en Oxford. ¿Sabías que vendría a estudiar acá?—. Preguntó mirando al hombre a los ojos con cierto brillo de admiración en ellos.

— Pero claro, Sabo y Ace me contactaron hace una semana, dijeron que si no venía a recibirte y mandarles una foto juntos, corroborando que estabas con vida y que el avión no se cayó o sufrió un accidente, me matarían por telepatía mientras viajarán hasta acá y me asesinaran de verdad cuando llegaran. —, concluyó, sin embargo, abrió su boca recordando algo más. — y que mandara un audio contigo corroborando que no era un violador, estafador, homicida o ladrón que editó una foto de los dos.

Luffy no se sorprendió demasiado, ni siquiera sé sorprendió a decir verdad, sus hermanos siempre han sido así.

Sonrió dulcemente.

— No te preocupes Shanks, sé cómo son, ahora, tomémonos la foto y grabemos el audio. — animó el chiquillo ignorando por completo la mirada el otro señor enfrente de ellos.

Se tomaron la foto y mandaron un audio a los hermanos, que de inmediato vieron el mensaje y llenaron la bandeja de stickers de gatitos llorando.

Por fin el señor aclaró su garganta, Luffy elevó su mirada percatándose del enorme hombre frente a él.