cafuné 7.

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Inglaterra, Oxford

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Inglaterra, Oxford. Trafalgar D. Water Law.


Tal vez ya era hora de comportarse como un adulto, el adulto que era.

No podía seguir siendo tímido e introvertido, ya habían pasado dos semanas y aún no le podía decir gracias al niño artista por los lienzos que todos los días le daba sin falta.

Quizás uniéndose a algún taller de la universidad... Solo quizás podría tener más personalidad para hablar o hacer cosas.

Según Law, para enfrentar un problema, es estar en aprietos, por ejemplo, si le temes a la oscuridad, debes estar en la oscuridad muchos días en varias ocasiones hasta que se pase el miedo.

Tenía poca lógica; empeoraba aún más el trauma, y siendo él, estudiante de medicina, tenía menos lógica su pensar.

Suspiró y se anotó al equipo de basquetbol, muchos allí lo miraron un tanto raro, ¿Trafalgar en un equipo? Peor, ¿Trafalgar queriendo hablar con gente?

Por lo general, era frío, calculador y cortante, no hacía amistades por eso.

Eso era por fuera, por dentro Law tenía un conflicto diferente. Pero ahora solamente hablaremos de cómo es Law por fuera.

— Hola, Soy Shachi, capitán del equipo de basquetbol, eres totalmente bienvenido a nosotros. — sonreía el hombre con una gran sonrisa, todo sudado con su mano en dirección a un asqueado Law.

— Soy Law. — frío y cortante, imponente, demostrando autoridad con su voz varonil, ojos como dos cuchillas que atraviesan tu alma.

El chico metió su mano en el bolsillo, quedando un poco avergonzado que el chico enfrente de él, no la haya estrechado.

Daba igual.

— Bien, eh... elige algún equipo de tu talla, los vestidores están por allá — apuntó una dirección. —, y las duchas por allá. — finalizó dirigiendo su dedo índice hasta el lado contrario.

Law suspiró y fue directamente hasta los vestidores, buscando en un bolso gigante algún uniforme de su talla.

Para empezar él media un metro y noventa, un puto gigante, también tomando en cuenta su enorme espalda y los músculos de las piernas y brazos, no era tanto, pero se veía tonificado y un poco ancho.

Muchas prendas le quedaban, pero con el detalle que le quedaban apretadas. Hasta que al fin, después de quince minutos (hasta los ojos le brillaron), le quedó un equipo.

Una musculosa blanca con el número "7" y un lobo en algunas esquinas, líneas azules en los bordes, dándole el toque juvenil.

Al salir, muchas miradas se posaron en él, ¿Y cómo no? Era guapo, musculoso y tenía cara de malo. Contando que el pelo desordenado le daba un toque tan rebelde que las muchachas se quedaban atónitas al verlo, ¿Ocultaba todo eso detrás de grandes ropas y una gorra de oso? Definitivamente nadie se lo esperaba.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora