cafuné 10.

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Inglaterra, Oxford

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Inglaterra, Oxford. Trafalgar D. Water Law.


Se despertó por el sonido de su puerta ser azotada fuertemente, golpes que no tenían intención de parar.

Con pocas ganas pero asustado fue hasta la vibrante puerta, para abrirla solo un poco, dejando ver solamente la mitad de su rostro.

Se sintió enfermo de la nada, ¿Qué hacía la policía en su casa?

- Abre la puerta, es una orden. - obedeció siendo sumiso al tono de voz de la autoridad.

Entraron disparados tomándolo por los brazos tirándolo al piso, para esposarlo bruscamente, provocando dolor al chico.

Pero no dijo nada. Ni siquiera apeló por sus derechos.

- Tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra. - le advirtió otro policía que iba con un arma revisando la única habitación que tenía, más el baño.

Lo llevaron a la rastra casi, con la mirada de todos sus vecinos en su persona, ¿Qué estaba pasando?

Sentía ganas de llorar o decir algo, que él podía caminar solo, que no era necesario todo el escándalo y que lo llevaran tan violentamente.

Pero no dijo nada, ese algo lo callaba abruptamente, susurrándole que si decía algo, le iba a ir peor, que mantuviera la boca cerrada.

Se sentía como cuando su padre le hablaba golpeado y él quería decir algo, pero este le levantaba la mano de inmediato, negando que el chico pudiera explicar o aunque sea defenderse de manera verbal.

Lo sentaron en la parte de atrás de la patrulla, empujándolo fuertemente de la cabeza, cerrando la puerta de un gran portazo.

Él sabía qué, lo que estaban haciendo era ilegal, él sabía que debían decirle el motivo o aunque sea avisar que tienen una orden o algo así, para entrar como animales en estampida a su casa.

Pero no dijo nada.

Luego de unos treinta minutos de viaje, lo bajaron con la misma brusquedad con la que le obligaron entrar, en tanto que le impulsaban por las espaldas.

Entró a la comisaría central, una estructura que seguramente era tan enorme como la universidad de Oxford.

Lo ajustaron a la silla atrevidamente cogiéndolo de los hombros, hasta que estuviera sentado.

Un hombre con un puro en la boca, pelo blanco y robusto, lo observó con asco, entretanto que negaba con su cabeza.

- Debes saber por qué estás acá, Trafalgar D. Water Law. - verbalizó asustando al nombrado.

Este negó, mordiendo su lengua y pellizcando sus manos, sacando la piel por encima.

- ¿Eres mudo acaso? - levantó una ceja intimidando al chico otra vez.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora