Cafuné. - Lawlu.

Cafuné 16.

Inglaterra, Oxford. Trafalgar D. Water Law.

Luego de atender a Kid, Katakuri había llegado con unas prendas de vestir en su mayoría negra, que lógicamente era para no darse a ver tan fácilmente, pero de igual forma se veía sospechoso, por obvias razones.

Para él, era una parca bastante amplia que era indicada para el clima frío del otoño, debajo de eso había un jersey blanco bastante lindo, también unos jeans un poco amplios, junto con unas botas góticas del mismo color que la mayoría de su conjunto: negro. Todo sin diseño o algo llamativo.

Katakuri solamente un jersey gigante y pantalones de buzo; negro por completo. Tenía botas que se parecían a las suyas, pero estas eran más altas.

Kid por otro lado, portaba una ramera inmensa de algún equipo de basquetbol, con una parca azul acompañando. Pantalones de chaqueta del mismo color y zapatillas normales de tonalidad blanca.

Los tres con algo en común: la gorra y una bufanda para ocultar sus rostros, que era perfecto por el frío que hacía.

— Debemos ir a Liverpool, allí vive mi hermano; Perospero. Nos dará cama y comida, hasta que todo el tema acá en Oxford se calme y cambiemos de identidad. — Anunció Charlotte envolviendo su bufanda ocultando la mitad de su rostro.

— ¿Qué sucederá con Doflamingo? — preguntó el pelirrojo dudoso del plan.

— Investigaremos desde allá, es peligroso quedarse aquí.

— La policía sabe que escapamos, pero comunicará que fallecimos en el incendio. — dedujo Law apoyado en la pared con la mirada perdida en el suelo.

— Exactamente, pero no se preocupen, solamente serán unos meses, para que se calme todo esto, y supongo que no será demasiado tiempo, ya que él gobierno querrá ocultar el suceso a toda costa, es una ventaja para la investigación. — acomodó su jersey gigante, saliendo del callejón para mirar a los lados.— No se preocupen, mi hermano pronto vendrá en su auto. — volvió hasta los chicos mirándolo expectantes.— Les ayudaré, a cambio quiero que me ayuden hasta el final en esto. — susurró para los tres solamente lograrán oyeran.

Estos estuvieron de acuerdo, uno sin pensarlo, el otro dudando.

Law quería ver a Luffy antes de irse.

Kid no tenía a nadie más.

Era un guerra de sentimientos los cuales no lograba manejar a la perfección, pero reconocía lo que sentía, ese algo hace días que no le atacaba, extrañamente ya no era tan difícil de resolver, pero igualmente era molesto sentir esas cosas.

En sus deseos más profundos que guardaba en su corazón, con miles de candados y las llaves perdidas, en un lugar que nadie sabría jamás. Estaba ese anhelo de estar con Luffy, abrazarlo con amor, darle atención, regalos, y muchas cosas más, ¿Y por qué no? Hacerle el amor hasta sentirse uno con el menor, ser íntimos más allá de los barrotes y pinturas, ir más allá, vivir juntos dentro de su arte y crear su historia desde adentro de esa creación, y no de una prisión que los separe.