Cafuné 12.

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Inglaterra, Oxford

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Inglaterra, Oxford. Prisión central. Trafalgar D. Water Law.

Tres días después del juicio.

Cómo todas las mañanas al despertar, fue hasta los comedores en fila con otros presos, teniendo a Sanji delante.

Retiraron su bandeja rompiendo la fila en busca de alguna mesa disponible para el rubio y él.

— Law, por acá. — anunció el de cejas raras a uno metros de donde estaba él.

En todas las prisiones hay un tipo que lo llaman el mandamás, un preso super dotado que está ahí porque quiere, ya que podría darse a la fuga en cualquier momento, o pagar para que lo saquen.

En ese caso, al mandamás de esa institución, le encantaba molestar a Law, no porque le tenga algún tipo de odio en particular, solamente por diversión. Lo hace con muchos de los nuevos.

La ocasión de hoy, le puso el pie para que se tropezara, solo por tocar cojones. Pero Trafalgar tenía sus sentidos ya agudizados, no era el mismo tonto de antes, al menos ya no tanto.

Levantó su pie antes de tropezar, avanzando tranquilamente.

El rubio miró la escena contento que su amigo no se dejara provocar de esa forma.

Se sentó enfrente de Sanji, comiendo esa asquerosa comida. Él era doctor, y por el sabor y el olor, supo que no tenía ningún nutriente esencial para el cuerpo, al contrario, era pura puqueria que te lo arruina, sin embargo, cómo todos allí son unos mastodontes con músculos hasta en los dedos, no les causa nada, ni les afecta la falta de vitaminas.

— Vinsmoke Sanji, Trafalgar Law, tienen visita en conjunto. — llegó un guardia golpeando la mesa con un palo.

Esos sonidos tan fuertes al ojigris le estresaban, lo ponían violento, le daban unas ganas desconocidas de matar al portador de esos ruidos tan escándalosos.

Se levantaron dejando la comida en la mesa, para que los esposaran, con el fin de llevarlos hasta una sala en donde siempre ponían a las visitas.

Se encontró con Corazón y dos chicos que no sabía quienes eran, pero los había visto con Luffy esa vez cuando se lo encontró en el café.

Algo dentro de él se sintió triste al no ver al pintor, el chico no sabía inglés, si que no le entendió ese día que le propuso que le fuera a ver, que lo iba a esperar.

Le sacaron las esposas a ambos para que pasarán y conversarán tranquilos con sus familiares, amigos o lo que sean. Eso le concedían máximo por el buen comportamiento y no demostrar ser violentos con gente.

Tocó sus muñecas un poco adoloridas y con las esposas marcadas, seguramente tenían filo solamente con el fin de hacerle daño a los presos.

Estaba por llegar a la mesa, cuando de pronto, detrás de Corazón, una cabeza de pelo negro se asomaba de a poco, hasta al fin encontrarse con los ojos del curioso niño, saliendo de su escondite de un salto, corriendo hasta Law, quién muy feliz sonrió ampliamente, abriendo sus brazos agachándose un poco, esperando a que el artista le saltara encima.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora