cafuné 33.

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Inglaterra.

Dentro de una semana aproximada en la cabaña, Kid y Law lograron recolectar la suficiente información para crear un plan beta, sin embargo, no era la suficiente como crear algo definitivo, todo estaba lleno de hoyos, o solamente les faltaban pistas.

— Éste plan es muy simple, necesitamos algo que nos impulse, mierda Trafalgar, con esto no llegaremos ni a un centímetro al lado de ese cabrón. — frustrado, Kid jalaba de sus cabellos, con sus codos echados en la mesa.

— Mi abuelo es un militar retirado, ha participado en muchas guerras y tiene olores. — acotó el menor de todos.

— Honores, Luffy. — corrigió el ojeroso.

— Sí, básicamente tiene acceso a información de la policía, es un héroe de la guerra, se lo permiten, encima es súper amigo del retirado Sengoku. — terminó de hablar, sentándose a un lado del ojeroso, besando su mejilla.

Kid miró a Law con una expresión de sorpresa, no por el beso, se había acostumbrado a ver al monito colgarse del moreno y besarlo a su antojo, sino, por toda la información que había soltado, era como si tuvieran la mismísima oportunidad de sus vidas.

— No. — ante la sospechosa mirada del pelirrojo, Trafalgar se apresuró a negarse.

No quería estar lejos de Luffy, no lo dejaría, no podía.

— Joder, es lo que nos faltaba para completar todo, es la pieza faltante al rompecabezas.  — insistió el hombre, golpeando la mesa con su puño.

— No mandaré a Luffy de espía. — se levantó enfadado, copiando la acción del más grande, yéndose a la defensiva.

— ¡Pero es necesario!

— ¡No lo haré! ¡Estuve mucho tiempo lejos de él!

— Maldita sea, ¿¡Y quién fué el que te metió allí!? Dime, ¿¡Quién es el culpable que te hayan separado de él!? — golpeó a Trafalgar en el rostro, tirándolo al piso.

Instintivamente, Law se puso en posición de defensa, azotando su puño contra la mejilla del pelirrojo, hiriéndolo al instante, y así sucesivamente hasta que ambos se revolcaban en el suelo manchando ese de la sangre que escurría como charcos de agua, debido a la velocidad y vigor el cual, estos se golpeaban.

Sentado, mientras sonreía, observaba Luffy, haciéndole divertida la situación, sin embargo, esa mueca fue borrada de sus labios, cuando logró volver a la realidad y ver que estos realmente se estaban matando a golpes.

— ¡Ya basta! ¡Torao! — comenzó a patear ambos cuerpo con toda la fuerza que su pié le había brindado.

Aunque se vea inútil, ésto había sido de utilidad, ambos varones terminaron de pelear, sin antes mirarse con odio y repudio.

— No vale la pena que se maten, ganaría Mingo. — dedujo Luffy, cruzándose de brazos.

Tenía razón, si ellos se peleaban, ¿Quién más les ayudaría ganar una guerra que no les pertenecía?

— Bien. Pero Luffy debe estar de acuerdo con ésto. — cedió el ojigris con la tristeza golpeando su corazón.

El chico lo abrazó y besó sus labios con dulzura.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora