Cafuné 15.

434 55 33
                                    

Cárcel central

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cárcel central. Inglaterra, Oxford. Trafalgar D. Water Law.

11:00 p.m

"Las rejas de las celdas serán cerradas más temprano por órdenes del policía en jefe. Luces fuera."

Antes que Law lograra salir de su celda, los barrotes se cerraron con el ruido estruendoso de siempre, que le desesperaba demasiado.

Frustrado en la oscuridad tiró las cosas que estaban en la mesa, pero como solamente eran unos lápices y papeles, no hizo mucho ruido.

Y gracias al cielo que no hicieron mucho ruido.

Unos gritos se escucharon en el pabellón que le correspondía, de un hombre con voz desconocida, que fue rápidamente silenciado con el sonido que reconoció como el efecto de una descarga eléctrica.

Después de unos segundos en silencio total, unos pasos se acercaban a su celda, de más o menos cinco hombres aproximadamente, más algo arrastrante que tal vez era el chico que gritó hace un rato, como flash se acostó en su cama, fingiendo estar dormido.

Los pasos se detenían cada dos segundos, supuso que cuando llegaron a la suya, solamente estaban vigilando que no hubiera ojos sobre ellos.

Escalofríos se colaron por su espalda al sentir miradas sobre él, y más cuando cuidadosamente destapó unos de sus ojos cuando escuchó que se habían ido, y uno de ellos estaba ahí, mirándolo fijamente con ojos negros brillantes.

El sujeto se fue dejando a Law confundido y desconcertado.

¿Qué había pasado?
Más bien.
¿Qué está pasando?

Se levantó lentamente hasta las rejas tratando de no hacer mucho ruido con esa cama a resortes. Mirando en la oscuridad la celda del frente, como un hombre se tapa los ojos y luego pasaba su dedo pulgar por el cuello rápidamente, fingiendo estar degollado.

"No mires, morirás."

Leyó de sus labios, obedeciendo inmediatamente yéndose hasta su cama, acostándose con el mismo silencio del cual se levantó.

No logró dormir, tampoco pestañear demasiado, se sentía alerta ante cualquier sonido o roce hasta con las sábanas.

Aproximadamente esa noche, Law escuchó abrir ocho celdas hasta que en su rango auditivo ya no se escuchaba nada más.

Comenzó a enloquecer poco a poco.

La noche transcurrió lenta, pero como uno hombre en retiro espiritual, sintió su alma en calma al ver las rejas abrirse y el sol colarse en la pequeña ventana blindada de su celda.

Antes de salir, miró a sus alrededores, cayendo el cuenta que todos los presos hacían lo mismo, atentos a cualquier cosa irregular que sucediera, sin excepciones.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora