Cafuné 18.

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Oxford, Inglaterra

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Oxford, Inglaterra. Monkey D. Luffy.

Quinto día después del accidente.

— ¡Torao no está muerto! ¡Yo lo vi esa noche! Por favor... Ace, Sabo, Corazón... Créanme. — lloraba el pequeño monito arrodillado en los pasillos de departamento los cuales se quedaba, para entrar a la casa.

Los mayores le miraban con pena, casi al borde de llorar de la impotencia. No podían hacer nada.

Habían pasado cinco días desde lo que sucedió en la cárcel, y Luffy aseguraba haberlo visto esa misma noche en un auto.

¿Esto hace el amor?
¿Alucinar con un muerto?

Sabo se arrodilló junto a Corazón para abrazarlo por los costados, Ace por otra parte se llenaba de ira contra Trafalgar, quién no tenía culpa, porque según ellos, él estaba muerto, pero al ver como le afectó la noticia a su hermanito menor, le rompía el corazón.

¿A quién no?

— Tienes que ir a que te vea un profesional, Luffy, debemos volver a Japón, es por tu bien. — lloró al fin el rubio más bajo de ambos, no logrando contener las ganas de abrazarlo.

Corazón suspiró, era externo a la familia, pero se sentía como si fuera parte, le habían dado los mejores tratos, hasta le habían encargado a Luffy.

Viéndolo desde el punto de vista del mayor de todos, le apena mucho, porque él estuvo esa noche que dieron la noticia por televisión, se había quedado para seguir repasando por pedido del monito, que insistía en aprender más inglés para hablar más con Law.

Ese día se dió cuenta lo mucho que quería proteger al pelinegro.

Verlo estar en estado de shock viendo las noticias, reaccionar con temblores en el cuerpo, que su mente le haya dictado solamente una orden: ver a Trafalgar.

Observar como salía corriendo hasta las escaleras, a toda velocidad, dispuesto a ir a la cárcel, mientras que sin darle cuenta, corrian lágrimas por sus mejillas en demasía.

Se le estrugaba el corazón, pero debía entender que el ojeroso había muerto, y fue un largo pasar desde entonces.

Oxford Inglaterra.

Día del incendio.

— Corazón, ¿Tú crees que sí aprendo inglés podré declararme formalmente? — preguntó feliz mientras estaba sentado en el suelo.

Era chistoso para el nombrado que teniendo el sillón atrás, no se sentara ahí, pero le entendía, era japonés y tenía esa costumbre.

Luffy quién había terminado de cortar los últimos papeles en la mesita pequeña de enfrente de los sofás, sonrió feliz de al fin finalizar ese arduo trabajo.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora