cafuné 26.

315 56 23
                                    

Manchester, Inglaterra. Trafalgar D. Water Law.

Se miraban a los ojos fijamente, uno con rabia inyectada. El otro, con arrepentimiento y vergüenza.

— Lo siento, Corazón... No debí hacer lo que hice, de verdad me arrepiento. Se me cae la cara de la vergüenza. — No sabía cómo disculparse, jamás vio a alguien hacerlo, otro problema que Law debía mejorar.

El nombrado sabía esto, estaba al tanto con el pasado del moreno, reconocía que lo hiciera aún sin saber cómo hacerlo, porque jamás tuvo padres o familiares que lo hicieran, como para darle un ejemplo.

Sanji se quedó en la habitación, nadie lo sacaba de ahí, era la segunda vez que veía a Law siendo tan sincero, o mostrándose como en modo "hijo regañado", el más alto sacaba eso de él, porque se portaba como un padre y madre preocupada/o, le dolía o lo entendía, también tenía un padre hijo de perra, pero al menos tuvo a su madre y a ese cocinero que lo adiestró como hijo propio, en cambio, Law nunca tuvo a nadie.

— Está bien. No lo vuelvas hacer o ahí sí que te tocará mano de Rosinante.— elevó de manera recta amenazante su mano.

— Está bien... Por cierto...— miró a los laterales del hombre, como si fuera un perro en busca de algo. — ¿Luffy no te acompaña? — se levantó de la cama, echando un vistazo detrás de Corazón, llegando al extremo de abrir la puerta para estar seguro, añadiendo la ventana que "disimuladamente" (casi se tiró por ahí) visualizó todo el patio del frente.

— No, él está con Zoro en el departamento.— agudizó su vista hasta el cuerpo y rostro del ojeroso, quería analizar todo tipo de reacciones ante esa información.

El chico apretó sus puños aún de espaldas, mordió su labio, sintió su pecho subir y bajar, más las ganas insanas de llorar y gritar. Pero solo se giró fríamente suspirando cansado.

Tenía la intención de preguntar quién era, ya que, estaba seguro de la información de los integrantes de la familia de Luffy, que solamente tenía dos hermanos, un padre y un abuelo, nadie más.

Quizás en esos tres meses había conocido a alguien más, o eran amigos. ¿"Amigos"? Luffy era demasiado hermoso por dentro y por fuera para que alguien no se fijará en él e intentara ligarlo.

La cólera comenzó hacer de las suyas, no podía controlar ya sus acciones por completo, se sentía enfermo, con pensamientos cuestionables, como querer asesinar a ese tal Zoro, de la forma más dolorosa posible.

Algo raro se plantó en su pecho, no lo reconocía, jamás lo había sentido en lo absoluto, ¿Qué era toda esa posesividad?

— Saldré.

Aún con los gritos detrás, no podía oír, estaba cegado, como un caballo en una carrera. Nada le entraba y nada le salía.

Bajó por las escaleras rápidamente, prácticamente corriendo, ya a toda velocidad, agradeciendo que la puerta estuviera abierta, dándose el paso para los jardines, perdiéndose en el lugar, porque la mansión contaba con un bosque de mil hectáreas propias.

Cafuné. - Lawlu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora