11. MORALIDAD

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Tamar

La mirada oscura del jefe de la mafia rusa es una clara advertencia de  que debes correr, pero yo como la subnormal que soy corro pero a sus brazos buscando su boca, y no me rechaza por el contrario abre la suya  besándome con tanta rabia, como si por medio de un beso estuviera diciendo una sola cosa y es «alejate de mi» sus manos aprietan mis nalgas con un deseo contenido, duda y se aleja, pero no se lo permito y vuelvo a el prendida de sus labios. 

Me mandó a llamar porque según el  íbamos a salir en una hora y estoy en su oficina cayendo en picada a algo a lo que no quiero ponerle freno.

— No... — me aleja

— ¿ No, que? —  lo encaró

— No debemos eres solo una niña y yo no soy un pe...

Interrumpo sus palabras tomando su rostro con mis manos y no se de dónde saco tanta fuerza para fijar sus ojos a los míos a pesar de que trata de zafarse.

—  no soy una jodida niña, ya soy mayor de edad y no me estas obligando — paso la lengua por su labio inferior — yo quiero, así que déjate de tus estúpidas excusas moralistas y follame — lo suelto — bajo mis vestido quedando en bragas con mis pechos descubiertos, y noto como traga saliva observándome de pies a cabeza — mírame y dime si de verdad soy una niña. «ya está, enloqueci».

Relame sus labios apreciando mi desnudez, me toma del cabello y se prende de mis labios su lengua azota la mía con tanta hambre que lo siento temblar, se aleja y mira mis tetas mientras las apreta para después llevárselas a la boca, su lengua hace trazos en mis pezones haciéndome jadear, primero uno y después el otro en una vaivén donde se alterna entre ellos y mis labios y no me quedo quieta, llevo mis manos a su pecho y   quitó su camisa mientras él sigue pegado de mis pechos como un hambriento, voy a su pecho pasando mi lengua por cada espacio,  muerdo su pecho y jadea excitado al mismo tiempo que me carga haciendo que lo envuelva con mis piernas llevándome a el escritorio.

— no debemos y lo sabes — habla mientras me besa

Su mente lo tiene dudando pero a mí no que siento que mi entrepierna arde.

— ¿que lo impide?, La moral, esa a la  que crees que estás faltando — quiero que me folle

Estoy cachonda y el que roce mis pezones en su pecho no me ayuda porque llevo mi mano al cierre de su pantalón, lo despuntó y rápidamente se lo bajo a los pies con todo y boxers, miro su cuerpo, ¡Maldita sea, está demasiado bueno! Su virilidad pone mi libido al mil y bajar mis ojos a su grande y fuljente verga me pone peor.

Paso las manos por encima de su nuca y el tira de mis bragas destrozandolas y me sube de nuevo al escritorio y no dudo en abrir mis piernas apoyando mis codos en la mesa fijando mi mirada en el y en su especial atractivo, se acerca y se prende de mis labios nuevamente,  poco a poco empieza a descender, siento su lengua en mi cuello y después en mis tetas empapandolas con su saliva y logrando que yo me empape aún más en mi entrepierna, "como si eso fuera posible"

— esto es lo que quieres maldita niña — su rabia me calienta

— si es lo que quiero, ¿ Mucho miedo ?, ¿Te faltan cojones para follarme? — lo provoco

Envuelve mi cabello en su mano y me abofetea, no lo hace fuerte pero deja una sensación de ardor en mi rostro al mismo tipo que mis fluidos salen sin parar debido a la excitación que me causa su dominio.

— cierra la boca niña

— que hago si es la verdad, te acojonas sabiendo que quieres follarme — le suelto queriendo que enfurezca y me folle a lo salvaje.

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