3 LOS KOVALENKO

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Tamar

5 de la mañana, casi no dormí, sentí pasos en la madrugada, solo me tranquiliza que después de media noche los bárbaros o vikingos o lo que sea que sean esos hombres, se van y solo quedan algunos cuidando desde afuera, tengo que levantarme junto con todas las "esclavas" yo no me considero una, esa palabra me asquea, (¿como puede existir en pleno siglo 21 la esclavitud?), está gente está  demente.
a todas se nos asignan  labores diferentes y Lilith y yo quedamos encargadas del desayuno junto con dos chicas más. Nos dan una lista con el menú que consiste en fruta picada, jugo de naranja y café, con huevos con tocino y pan tostado.
Nos ordenan poner la mesa para cuatro personas y me imagino que los hermanos que nombro zaria «están de vuelta».

Debemos pararnos al lado de la gran mesa del comedor para estar atentas a cualquier petición de los "amos" no voy a decirle nunca amo a ningún mal nacido que cree que por tener poder puede pisotear a los demás.

—Tenemos esclavas nuevas? — pregunta una de las mujeres mirándome — ahora somos pedófilos o porque mierda estoy viendo una niña sirviendo el desayuno -
— insiste mirando al pakhan

El alza la mirada hacia mi y me es imposible no corresponder, lo miro y noto su gesto asqueado de mi presencia, no me dejó y lo miro de la misma manera "idiota"

— un error de Boris — responde — antes muerto que pedófilo, eso es de cobardes y yo no soy ningún cobarde, y para su mala suerte quien llega a nuestras manos no sale o por lo menos no con vida, así que las tenemos haciendo algo, acá todos producen y se ganan el derecho de vivir.

«hijo de puta»

— ¿Las tenemos? — pregunta la otra mujer — cuántas son?

A diferencia de los demas esta mujer es muy joven diría que más que yo y su rostro es dulce al igual que su voz, además no nos mira mal, de hecho al ver cómo miro a su hermano deja salir una sonrisa.

— tres — responde el pakhan mientras mira la prensa, llevandose la tasa de café a la boca

—  estoy es un maldito circo, no puedes dejar que las vean, nos van a joder por tener niñas — exige el otro hombre que me imagino que es Yura

Estos hombres tienen que ser una broma porque el hermano del pakhan es muy guapo, sus ojos tienen el mismo azul que el jefe de la mafiya, su rostro muestra rasgos nórdicos marcados que lo hacen ver muy viril y su cuerpo parece de modelo de productos fitness «con que se alimentan».

— son esclavas, no se van a vender o alquilar en ningún prostíbulo y tampoco van a ser esclavas sexuales de nadie, solo nos servirán a nosotros en los quehaceres — aclara el pakhan — por lo menos por ahora — reafirma sin quitarme los ojos de encima

Mis ojos viajan a las mujeres, una de ellas se ve muy joven, 15 máximo 17 años, la otra se ve más madura diría que unos 27, son hermosas, sus rasgos son definidos, no son delicados pero si muy cinselados, sus ojos son una ventana al cielo, observo al otro hombre que mira a su hermano hablando de un negocio, todos comparten los mismos rasgos.

— tienes que entrenar mejor a las esclavas — le dice el pakhan a zaria — no entiendo porque está niñita nos está mirando, ¿Acaso no le has dicho que no puede hacerlo? — pregunta enojado — ya sabes que cualquier error de las esclavas a tu cargo te lo cobro a ti, así que enséñale bien — ordena — o le enseño yo mismo.

— no seas tan duro — replica la mujer más joven — como ya lo dijiste es una niña, bueno... De edad porque en realidad tiene un cuerpo de ataque con un rostro de niña — me mira de arriba a abajo

— tu no te metas que no me tienes muy contento — la regaña

— hermano ya te pedí perdón por lo que hice, yo... Solo quiero disfrutar mi juventud — suspira — algo que ustedes no hacen

SIN PUDOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora