9 CULPAS

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Valko

Los actos siempre pero siempre llevan a consecuencias, como la culpa que cargo desde hace dos años en que no pude proteger a la mujer que se estaba adueñando de mi corazón, en la bratva creces entrenando para ser un ejecutor y protector, más aún cuando te conviertes en berkserks, damos todo por el pakhan, por la organización y hacemos cumplir las reglas aunque eso ponga en riesgo tu propia vida, no le temes a las consecuencias, y si he matado a tantos hijos de puta que no puedo recordar sus nombres, no he sentido culpa porque desde que tenía 10 años empecé mi entrenamiento para ser un bárbaro y a los 15 me convertí en lo que soy ahora tengo tatuado en mi piel cada una de las reglas que se deben cumplir si o si en la mafia roja, a diferencia de los bárbaros puedo ejecutar a cualquier miembro de la mafiya excepto al pakhan.

La sangre que tengo en este momento en las manos es poco para lo que deseo hacer, quiero que paguen por haberme quitado un pedazo de mi oscuro corazón. Y jamás voy a permitir que de nuevo se repita la historia, muchas esclavas han sido violadas y asesinadas, y aunque las muertes disminuyeron cuando el pakhan tomo el poder, aún hay sombras que las acechan, incubos que emergen del mismo infierno a robarse la luz de las que tratamos de proteger, son las únicas que deben ser intocables pero aún así corren peligro, como Lilith que por poco termina siendo una más de las estadísticas, no me gusta ni llama mi atención como mujer, la veo como un pequeño perrito que no conoce la maldad de los que la rodean, a diferencia de su hermana,  Lilith se ve débil y temerosa, dan ganas de querer cuidarla más cuando se sabe que el hambiente esta lleno de hienas en busca de sangre fresca y de presas fáciles de cazar, los hijos de Pavel son envidiosos y sádicos, siempre han odiado que el poder de la mafiya este en manos de Alek kovalenko, y como no han logrado sacarlo del camino buscan hacer daño a los que le sirven y su presa favorita los últimos años son las esclavas.

— ¡regla número 19! — exclamó para que toda la mansión escuche — las esclavas solo sirven para la limpieza y atención de la familia y visitantes de los jefes, no son escalavas sexuales y no deben ser obligadas a dar placer a ningún miembro de la organización.

Todos salen de la oficina y los hermanos basura gritan euforicos aumentando mis ganas de matarlos a todos.

— !pero... Que hiciste¡, — grita la peor de todas, Sasha — mataste a mi hermano.

Esa lacra es una mujer que disfruta torturando a otras mujeres, maneja los prostíbulos de la bratva en estados unidos y aya es un demonio que mata más mujeres al año que la misma droga que se les da para hacerlas dosiles. 

— estaba a punto de violar a la esclava y las reglas son claras,  — la miro con asco

La mujer que tengo en frente sigue llorando aún está asustada y no entiende lo que acaba de pasar, no la culpo parece un animalito tierno y esponjoso que ha vivido toda su vida en un mundo muy diferente al que tiene frente a sus ojos en este momento y al que si o si va a tener que acostumbrarse porque aca las personas como ella no sobreviven,   miro al pakhan quien asiente con calma, no puede tocarme nadie más que el y yo no hice nada que no debiera, hacer cumplir las reglas es mi trabajo... Además mis órdenes son claras y siempre han estado ahí por mucho tiempo que pase, ser verdugo es mi trabajo.

— ¡tomen su estiércol y larguense de mi casa ya me hartaron! — exige el pakhan

La arpía y sus hijos  lo miran con desprecio y a mi con odio, se que no se van a quedar quietos pero yo no le temo a la muerte, he caminado con ella respirando en mi nuca toda mi vida, no recuerdo un solo día donde no haya estado con ella, mi padre fue un berkserks y mi madre una prostituta que dejó el nido para ser madre, mi descendencia es nórdica y amo lo que soy así como mi padre lo hizo y así como mi madre aún lo hace, pues ahora administra una parte de los prostíbulos de Moscú, y nunca ha dejado de ser leal a la mafia roja...

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