13. PIZZA

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Tamar

El sonido del agua que escucho me da a saber que la noche de sexo delicioso llegó a su fin, me pongo de pie y me visto para ir a mi habitación, ya hay varias personas en la casa y me miran con curiosidad y morbo, no los culpo toda mi cara y cuerpo gritan una sola cosa y es «recien follada», nadie dice nada me imagino que por el respeto que le tienen al idiota del pakhan, «idiota que folla de maravilla».

Llegó a la habitación y me meto a la ducha, el agua tibia reconforta mi adolorido cuerpo, ese hombre te coge con ganas, con fuerza y los apretones de sus manos dejan algunas marcas en mi piel, pero eso no me importa porque me gusta, me encanta que me tomé y me haga suya, se que son solo momentos, pero los disfruto porque me llevan al cielo o al infierno, no lo sé,  pero me sacan del planeta tierra haciéndome sentir como nunca antes imaginé, llevándome a un mundo de éxtasis y placer del cual no quiero salir.

Me visto con lo que tengo hoy si está haciendo frío y maldigo a mi suerte pues sigo usando lo que tengo, que es muy destapado para este clima, una falda corta que no deja mucho a la imaginación y un top que solo cubre mis tetas dejando toda mi piel expuesta a el morbo de los que hay afuera. No puedo usar los vestidos de las esclavas que son largos y cubren el frío porque yo salgo con el pakhan y esa es su orden.

— Tamar ven a desayunar, el pakhan informo que en 15 minutos debes estar afuera esperando por el — zaria me habla

Hoy está más linda al igual que todas las demas, o quiza soy yo, que las veo lindas por mi acalorada noche y maravilloso despertar al lado del jefe. "Quiero más".

Me siento para tomar mi desayuno con tranquilidad y la mañana se ve dañada con la llegada de Boris y es que no lo soporto.
Se sienta frente a mi y no quita sus ojos de mis tetas cosa que me molesta demasiado.

— ¿se te perdió algo en mis tetas? — indago furiosa

Su mal mirada no me importa ya no hay familiares del pakhan en la casa y no me voy a estar aguantando sus morbosidades, no responde pero en cambio siento su pie subiendo por mi pierna en un acto asqueroso de irrespeto.

— creo que sí se me perdió algo — hace un intento de coqueteo ridículo — me ayudas a encontrarlo

Mi cara de fuck creo que no le deja claro que no me interesa porque sigue tratando de llegar a mi entrepierna bajo la mesa.

— si no quitas tu asqueroso pie de mis piernas en este momento te lo voy a partir — amenazó

No me importa verme como una jodida loca, está claro que no tengo oportunidad de ganar en un enfrentamiento con el, es un bárbaro, pero a mí el miedo me abandono desde hace mucho tiempo y no me apetece que vuelva a mi vida porque temerosa en este mundo de sangre e injusticias no durare mucho. 

— me estás amenazando — suelta una carcajada — tu, a mi

Su risa lo único que me causa es ganas de rebanarle la garganta, fantaseo con la imagen por breves segundos.

Me pongo de pie para alejarme, no me interesa seguirle su estúpido juego, miro a mi alrededor no hay nadie cerca a esepcion de unas cuantas esclavas pero cada una está en lo suyo sin prestar atención a lo que hacemos o hablamos.

Llevo los platos al lavabo y sin mirarlo empiezo a limpiar cada pieza pero de un momento a otro y sin verlo venir me veo aprisionada contra el refrigerador por el hijo de puta que de una manera rápida toca mis tetas con sus asquerosas manos que más bien parecen tentáculos pues no logro tomarlas para alejarlo de mi, el posillo que está en mi mano termina estampado en su rostro.

— ¡sueltame hijo de puta! — grito a todo pulmón — estoy ciega y sorda de la ira.

Tomo el plato que está en el lavabo y se lo estampó en la cabeza y quedó aturdida con el golpe que siento sobre mi rostro, estoy enceguecida porque tomo un cuchillo que alcanzó y trato de defenderme, maldigo cuando me entero que es un  maldito cuchillo para untar, fijo mi mirada en el cajón donde se que hay otros que si cortan pero el es más rápido y de una patada me tira al piso y me propina dos patadas en el vientre que me dejan sin aire, se agacha y me toca nuevamente las tetas y se acerca a mi oído.

SIN PUDOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora