32. EL FIN

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ALEK KOVALENKO

8 Horas antes....

— señor hay un movimiento sospechoso alrededor de la mansión. — habla valko.

— sabíamos que esto iba a pasar van a aprovechar la celebración para llegar, así que ya saben que hacer.

— si señor — sale por la puerta desplegando a mis hombres y los de los jefes de las mafias y los clanes que están reunidos.

Sabíamos que este tipo de actos atrae a las moscas y no somos ningunos idiotas para dejar que nos lleguen por sorpresa.

Los jefes saben cuál es el protocolo en estos casos y por eso nadie ha tomado licor, todo lo que se nos ha servido ha sido tirado en rincones, basureros, baños y matas, el ataque muchas veces suele llegar por envenenamiento y no somos tan idiotas para caer en ese tipo de trampas.

— ¡alek! — llega tamar llena de pánico, con su vestido lleno de sangre

¿Acaso no fue a cambiarse? — pienso mientras la miro — si obviamente ese es otro vestido.

— se llevaron a Lilith y a Kira.

Alessio, valko, Yura,  Luka y Viktor llegan pálidos y llenos de ira.

— acabamos de asesinar a tres de los albanos quienes subieron a una camioneta a Kira y a Lilith — informa Luka — no alcanzamos a evitar que se las llevaran.

Un hombre llega sostenido por dos berserkers y con sangre en su rostro, tamar lo toma del pelo y hace que la mire.

— hablas y te mato rápidamente, o callas y sufres dos años de tortura diaria, tengo varios vikingos que aman empalar hijos de puta como tú. — lo mira poniendo un arma en su sien.

— voy a hablar. — quiero morir rápidamente — hablaré.

— ¡empieza! — ordena mi mujer con seguridad.

— es su papá — musita el hombre — Arón Smith — nos dijo que sus hijas habían sido secuestradas y que esto era una misión de rescate.

— ¡Hijo de puta! — enfurece mi mujer — lo voy a torturar tanto que no se va a reconocer a si mismo si le toca un solo pelo a Lilith.

— esto no pudieron haberlo hecho sin ayuda de alguien de adentro — camina Yura alrededor del hombre. — ¿Nombres?

— yo... Solo se que hay algunos hombres a los que llaman bárbaros que se dejaron comprar, y una mujer, maya es su nombre, escuche a Arón hablar con ella por teléfono.

La sangre se me calienta, menuda mierda, los traidores los tengo en mis propias narices, y una de las mujeres que he protegido y cuidado se atreve a clavar el puñal por la espalda.

— ¿A donde las lleva? — interviene tamar — dilo rápido infeliz porque no sabes las ganas que tengo de sacarte los ojos.

El hombre se lo piensa, pero cuando entras a este mundo sabes a lo que te atienes, ya sea porque creciste en medio de esto, o solo por dinero y curiosidad pero nunca se les miente, el mundo se ha encargado de dar a conocer lo que son las mafias.

Acá no somos almas de la caridad que andamos perdonando nada y menos cuando de defender a los nuestros se trata.

— la guarida — susurra haciendo que tamar se acerque para escucharlo — es el lugar donde realmente vive, está en el centro de new York y es un búnker donde no se entra a menos que tengas una bomba atómica y ni así sería fácil destruirlo, solo desde adentro puedes desactivar las puertas.

El hombre dice algo más a lo que tamar asiente y se pone de pie apuntando a su cabeza.

— cuenta con ello — lo mira y dispara para después girarse hacia mi.

SIN PUDOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora