eight

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El partido contra Arabia Saudita no había terminado con el resultado esperado. Aunque se sintieron algo derrotados, todos se estaban mentalizaron con que en los siguientes partidos les iría mejor, deseando poder levantar esa copa tan esperada por ellos y toda la Argentina en sí.

En el partido con México, en cambio, todo salió tal cual lo esperaban y ahora estaban cada vez más cerca de ver esa copa.

Cambiando de tema, de momento Leandro y yo estábamos haciendo tiempo en el aeropuerto de Doha, comiendo unos dulces un poco dudosos que compramos por ahí. Ojo que igual zafaban, no estaban tan mal.

Ah, cierto. Estábamos esperando a Lucrezia, que de un día al otro decidió venir a Qatar para "visitarnos".

Nunca estuve tan feliz en mi vida...

Yo no estaba nada alegre cuando recibí la noticia, pero le había prometido a Lea que lo iba a intentar, así que acá estaba.

A la primera donde me jode mucho mando un cabezazo estilo Otamendi. Mentira, no podría hacer eso nunca.

Lucrezia le mandó un mensaje a Leandro para avisar que ya había llegado. Ya arrepintiéndome por dentro, me acerqué al lugar en donde habíamos acordado encontrarnos.

Se escuchó la voz de Lucrezia pegar unos gritos llamándolo a Leandro, que miraba para todos lados con vergüenza. Apenas se le acercó, ella le saltó encima para abrazarlo como si fueran amigos de toda la vida.

Suena a que lo pensé por celos, pero no encontré otra forma de cómo describirlo.

Miré hacia otra lado cuando me encontré con la imagen de ella dándole besos por toda la cara, muy exageradamente. Leandro no sabía en donde meterse. Ahora bancatela... y lo digo de la mejor forma posible.

Como la escena llamaba mucho la atención la gente se empezó a acercar, y muchos reconocían al futbolista que parecía estar siendo atacado por una desconocida. O no muy desconocida.

Percatándome de esto, me acerqué a los dos para avisarles que no teníamos que ir. No era porque lo hayan reconocido, sino porque se suponía que habíamos venido en perfil bajo y nos iban a arrancar la cabeza si terminábamos con algún titular mediático en el medio de un mundial.

— "No quiero interrumpir su... momento, pero nos tenemos que ir." — Me tapé la boca con la mano para que, por las dudas, no se lea lo que decía.

La rubia se despegó de Leandro y me envolvió a mi en un abrazo, con la sonrisa más falsa que vi en mi vida.

— "¿Me extrañaste?" — Me dijo al oído con un tono de sarcasmo y superioridad. Me estaba tratando de boluda.

— "Que conste que esto lo hago por Leandro, no por vos." — Le dije seria, cubriéndome con una sonrisa falsa mientras me separaba de ella. — "¿Te llevamos a tu hotel?"

— "Si son tan amables." — Asintió todavía con esa sonrisa en su cara, agarrando sus valijas y mirándolo a Leandro como si esperara algo. Él me agarró mi mano y nos señaló hacia donde quedaba el taxi.

— "Es por este lado." — Le dijo a la rubia, sin percatarse de que ella parecía estar tirándome dagas invisibles con la mirada. Cálmese, mi reina...

ACCIDENTALLY IN LOVE ;; leandro paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora