ACCIDENTALLY IN LOVE ;; leandro paredes

eighteen

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Lunes 12 de diciembre
Doha, Qatar

Leandro ;;

Fui el primero en despertarse. De alguna forma habíamos terminado más enredados de lo que estábamos en un principio, pero Agos no parecía estar muy incómoda. En realidad, no parecía para nada incómoda.

Me mató a patadas toda la noche, pero dormía como un angelito.

No quise despertarla todavía. Me quedé observándola, admirándola, por un rato largo. Todavía no caía en que esto estaba pasando.

Con la mano que no sostenía su cintura empecé a jugar con su pelo, viendo como poco a poco una sonrisa comenzaba a aparecer en su cara. Abrió los ojos levemente y no tardó más de un segundo en volver a cerrarlos, acomodándose nuevamente.

— "Ya sé que estás despierta." — Le dije al oído y acomodé el pelo que tapaba su cara. — "Nos tenemos que levantar."

— "Estoy dormida, no me jodas." — Murmuró. Casi que no se le entendió nada.

— "Está el desayuno." — Dije tratando de convencerla. Nada. — "Acordate que Antonia siempre te guarda medialunas."

Mágicamente se levantó.

— "Me preocupa que te despiertes solo porque te hablo de las medialunas."

— "Lean, a mi me ofrecen media docena de medialunas a cambio de vos y yo te regalo con moño y todo incluido." — Salió de la cama, no sin antes dejar un beso cerca de mi mandíbula. Necesito esto siempre. Me re puede.

— "¿Ni siquiera una docena?" — Fingí estar ofendido por lo que dijo y le tiré uno de los almohadones que tenía a mano.

— "Lo voy a pensar." —Rió mientras se metía al baño.

— "Te espero allá, ¿si?" — Dije desde la puerta antes de irme a mi pieza compartida para cambiarme la ropa e higienizarme.

Apenas entré al comedor, Enzo, el papu y Rodrigo empezaron a silbar, mientras que Paulo me miraba con una cara de feliz cumpleaños increíble. Diez años parece que tienen.

— "¿Dormiste bien, gordo?" — Preguntó Ota burlón.

— "¿Si...?" — Traté de hacerme el boludo, frunciendo el ceño como si fuera que no entendí a qué se refería.

Lo busqué a Ángel con la mirada y lo primero que hizo fue levantar las manos a modo de defensa.

— "Me preguntaron si te había visto y se me escapó, perdón." — Apretó los labios en una línea recta. No le dije nada, nomás le hice una seña de que estaba todo bien.

— "Hablamos nomás, no sean sucios." — Dirigí la última parte al grupito que me tiraba miraditas sugerentes: Enzo, el cuti, el Kun y la copia petisa de Beckham.

Siguieron jodiendo hasta que entró Agos y cortaron el tema. Tenían sus límites.

Desayunamos bastante tranquilos y alrededor de dos horas después nos fuimos a entrenar.

[...]

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