La que no contesta es de Boca

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— Me gustaría pero no puedo — responde rascándose la parte de atrás de la cabeza — Mañana — hace una pausa — Bueno, hoy — larga una ligera carcajada — Tengo que entrenamiento a las 11hs.

— Bueno tranqui, otr...

— Pero si queres puedo venir cuando termine — la interrumpe y sonríe animado — Salgo dos horas antes los miércoles.

— Dale — asiente Carolina.

Estuvieron hablando unos minutos más hasta que Julián decidió irse, ya que debía descansar para luego ir a entrenar.

Cuando su amigo se fué, Carolina se tiró panza abajo sobre su cama y se quedó dormida de lo cansada que estaba.

Al día siguiente

carolina's pov

Me desperté por el tono insoportable de la alarma, que de pedo me había acordado de ponerla antes de quedarme dormida, ni siquiera llegué a hacerme el skincare.

Eran las 12 de la mañana.

Lo primero que hice fue agarrar el celular e ir al baño. Mientras me lavaba los dientes y me hacía el skincare, miraba las notificaciones que tuve durante el tiempo en el que estuve dormida, viendo que tenía mensajes de Julián y un mail de la facultad.

Primero abrí el mail, ya que ya me había inscripto para rendir una nueva lengua en el traductorado de la lengua polaca, en la que me dieron el sí.
También me dieron la fecha en la que tenía que ir a buscar el título y cuando iban a comenzar las clases para mi próxima carrera.

Al terminar en el baño, miré los mensajes que me había mandado Julián.

Después de hablar con Julián, fui a la cocina para ver que podía almorzar pero yo tampoco tenía tantas ganas de cocinar, manejaba una paja increíble

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Después de hablar con Julián, fui a la cocina para ver que podía almorzar pero yo tampoco tenía tantas ganas de cocinar, manejaba una paja increíble. Después me acordé que cuando hice la compra mensual después de mudarme, había comprado una tarta de brócoli ya preparada, solo la tenía que calentar.

No era tan fanática de las tartas, pero siempre me gustó probar la comida que vendían ya preparada en los supermercados, yo creo que muchas veces te salvan, como en este caso. La puse a calentar en el horno y me puse a armar la valija para Ibiza y para Rusia.

Dos horas después, ya había terminado de almorzar y de armar la valija.
El calor que hacía era espantoso, 38° en pleno comienzos de octubre. Me quedé mirando la pileta desde la ventana de mi pieza, pensando en si meterme o no. Por suerte cuando me mudé acá, ese mismo día estaban cargando el agua, por lo tanto no se había usado.

— Y bueno, hay que estrenarla — hablé en voz alta dirigiéndome hacia el vestidor a buscar una bikini.

carolinamessi                                   hace 12 min

incluso siendo reconocido, nada es fácil - julian alvarez (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora