incluso siendo reconocido, nada es fácil - julian alvarez (PAUSADA)

Tercero

22 de abril de 2019
Buenos Aires
Argentina

La pareja ya se encontraba en Buenos Aires luego de las vacaciones que tuvieron. Carolina consiguió un pequeño trabajo de una semana para una empresa italiana, por lo cual apenas llegó, lo primero que hizo fue prender la computadora y comenzar a trabajar con ellos.

— Amor, ¿sabes que hoy soñé algo super bizarro? — Carolina le habla a Julián mientras trabajaba con la computadora en el sofá.

— ¿Qué soñaste? — le pregunta Julián interesado. Él estaba desvalijando sus cosas en el living.

— Soñé que estabas jugando un partido con una camiseta violeta — le dice recordando el sueño pero sin despegar la vista de la computadora.

— ¿En serio? — pregunta sorprendido — ¿Estabas segura de que era yo?

— Si, amor — asiente — Decía tu apellido con el 9.

— Flashero — dice pensativo — ¿No había nadie más? ¿Escuchabas algo?

— No, amor, no escuchaba nada — niega pensativa — Solo estabas festejando con Enzo, que tenía la misma remera y él tenía un poco más de pelo — ríe.

— Capaz, en algún futuro muy lejano, en años, siglos — bromea el cordobés — Jugamos en otro club.

— Puede ser una posibilidad — coincide Carolina.

— ¿Pero que clubes tienen remeras violetas? — pregunta curioso Julián — El RSC Anderlecht, Orlando City... — piensa — ¿Quién más?

— Fiorentina, Austria de Viena — asiente recordando equipos que lleven esa camiseta.

— Bueno, andá a saber, amor — levanta los hombros — ¿Yo estaba con vos? Es lo único que me importa — sonríe honesto.

— Si, amor — asiente sonriendo.

— ¿Cómo sabes? — pregunta curioso.

— Porque hiciste una C con tus manos y festejaste como festejas siempre.

— ¿Como el hombre araña? — pregunta contento.

— Si, amor — asiente otra vez.

(...)

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