Mía

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(Yo les voy a indicar cuando pueden ver el video de la descripción. Que disfruten este largo capítulo, diganme si les copa que sea así de variado ;) )

Ya a principios de febrero, ya le habían dado el alta a Bautista, aunque debía tomar un medicamento durante esa semana para que se le termine de ir la tos.

— Dale amor, vení a tomar el antibiótico que tenes que tomar — lo llama Carolina desde la cocina, escuchando como Bautista bajaba de las escaleras.

— ¿Por qué se llama antibiótico, mami? — pregunta curioso una vez en el living.

— No le cambies de tema — ríe Julián sentado en el living mientras veía un partido.

A Bautista no le gustaba para nada la medicación que le recetaron, por lo que cada vez le costaba convencerlo para que la tome, aunque sabía que era para que pudiera mejorarse.

— ¿Pero por qué se llama así? — vuelve a preguntar pero ahora mirando a Carolina.

— No sé amor — responde desinteresada, aunque sabía a donde quería llegar su hijo — Toma — le acerca la tapita con el jarabe lleno.

— Bueno... — dice Bautista apenado, pero tardaba mucho.

— Dale Bauti, no seas cagón — lo burla Julián.

— Dejame, no me digas no seas cagón — lo mira enojado.

— No sos cagón, amor — niega Carolina para que tome el medicamento de una vez por todas — Dale, toma.

— Pero vos tampoco tomas, mami — se detiene Bautista, haciendo que Julián comience a reírse de lo chamuyero que podía llegar a ser su hijo.

— Bautista, en serio te estoy hablando — Carolina intenta tomar autoridad, aunque no le gustaba hablarle así a su hijo.

Por suerte no era un niño caprichoso al que vivían retando, nunca llegaron a levantarle la voz en ningún momento, pero estas situaciones eran las únicas en la que podían llegar a perder la paciencia con él.

— Pero...

— Te lo doy a la fuerza ehh — lo amenaza Julián en joda, aunque Bauti lo entendía de otra manera. Julián disfrutaba molestarlo.

— ¡No! Por la fuerza no — se asusta.

— Bueno dale, tomalo vos solito entonces.. O no vas a poder volver a jugar al fútbol — dice obvia Carolina.

Ambos le habían prohibido a Bautista jugar a la pelota ya que la pediatra le dijo que no podía hacer actividad física por dos semanas ya que podía agitarse, y la idea no es esa. Bautista al enterarse de eso, fue como que le caiga un balde de agua fría, ya que siempre se ponía a jugar en el patio de la casa y también entrenaba en el club.

— Bueno.. — se acerca con miedo al medicamento al borde de llorar. Era un dramático.

— Rápido y tomas agua — Carolina le acerca su vasito de River con agua.

— ¿Decís que es rico? — pregunta interrumpiendo el movimiento para ingerirlo.

— Es rico, dale — responde Carolina, pero por arriba le responde Julián.

— Es el mismo que tomaste estos días, Bauti — le explica.

— Tomalo vos si es rico — levanta los hombros, haciendo que Julián se levante para que no se vaya corriendo.

— ¡Bautista! — le llama la atención mientras que el menor comenzaba a reírse junto a Julián que lo había agarrado por atrás para luego hacerle upa y ayudarlo a tomar el medicamento — No me hagas reír, dale.

incluso siendo reconocido, nada es fácil - julian alvarez (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora