[LIBRO 1 de AQUEL AMOR]
Un festival.
Una DJ y un baterista.
Él se enamoró con tan solo mirarla.
Ella no quería enamorarse.
Él quería saber su nombre.
Ella ya lo sabía.
Dos personas totalmente distintas con un mismo escape de sus realidades.
Ella...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una parte de él
Estaba frente a la puerta que él había indicado, tenía un letrero en el centro que decía: Genius Brend. También había una alfombra frente a la puerta. Parecía un lugar prohibido porque a un costado de la pared había una pequeña placa que decía no entrar.
Dudé unos instantes en si tocar o no, al final lo hice. La llamada que aun tenía con Felix lo pude escuchar decir que estaba abierta la puerta.
Abrí encontrándolo de sentado frente al monitor después de unos segundos se giró y extendió una de sus manos hacia los costados mostrando el lugar.
—Bienvenida al Genius Brend.
Se levantó de su silla acercándose a mi con una amplia sonrisa. Me invitó a pasar, miré todo a mi alrededor, había unas luces a los costados de las paredes de un color azul, tambien un micrófono y varias cosas a los lados del monitor que no supe que eran.
—Puedes sentarte —lo veo rascar su nuca nervioso —, normalmente no suele entrar más gente además de mi aquí.
—¿Entonces soy tu primera visita? —intento bromear.
—Lo eres.
—Es un gran honor —hago una reverencia haciendo que se ría.
Me mostró su estudio, aunque yo estuve sentada mirándolo dar vueltas por el lugar tratando de explicarme para que servía cada cosa.
Mi mirada cayo en la batería que tenía, supongo que se dio cuenta porque se acercó a mi con una sonrisa.
¿Siempre es así de sonriente? Todas las veces que lo he visto ha tenido una sonrisa.
Eso lo causa el amor.
—¿Quieres intentarlo? —me extendió una mano.
—¿Intentar qué?
—Tocar la batería —dice como si nada —. Puedo mostrarte como hacerlo.
¿Seguimos hablando de la batería?
Clarooo.
—Puedo tocar yo primero y luego enseñarte.
¿Por qué sigue sonando raro?
Porque eres una mal pensada.
Asentí viéndolo acercarse a la batería y sentarse en el banco que había ahí. Empezó a tocar y se lo veía como si fuera la cosa más fácil del mundo, el ritmo no se me hacía conocido.
Eres Dj y no conoces el ritmo.
—Muy sencillo, acércate —lo escuché decir después de que terminara.
—Te aseguro que vas a perder la paciencia conmigo ahí.
