Aquel festival

Capítulo 23

332A

—Póntelo —insistió.

—Por Dios, ¿dónde esta mi chica tímida? —bromee.

—Félix, anda —me volvió a extender la caja—. Póntelo.

—No me voy a poner eso, me voy a morir de calor.

Ya había curioseado la caja esa que ella tenía, y lo que había en su interior es algo que en mi vida iba a utilizar.

No se trata de mentir por convivir.

—No hace calor, además, podrías enfermarte así que póntelo —insistía mas emocionada de lo que ya estaba.

—Solo voy al sur del país —le recordé—. No al otro lado del mundo.

—Bien, no lo utilices —hizo una mueca dejando la caja en la mesita de noche y recostándose en su cama.

Esta mañana había venido a casa de Amanda a despedirme porque en la tarde saldría de la ciudad y pensé que volvería hoy mismo, pero resulta que es toda una gira de medios que haríamos y pues regreso hasta dentro de una semana. Hoy también es el último día en el que ella me diría si siente algo por mí.

Cuando llegue quien me recibió no fue ella, sino su madre. Una señora muy distinta a Amanda, Luca tenia mas parecido a su madre.

Volví a mirar a la chica que seguía recostada fingiendo leer.

—Esta al revés —murmure, con una sonrisa.

—Así lee la gente moderna —siguió mirando el libro.

—Tenemos la misma edad.

—Pero yo me pondría algo si la persona que me gusta me lo ofrece.

—Si te doy una bufanda cuando estamos a treinta grados ¿te la pondrías?

—Claro.

—¿Entonces te gusto? —me recosté a su lado.

—No, no me gustas. En lo absoluto.

—"También me gustas Felix" —recordé sus palabras.

Su rostro enrojeció por completo, se giró quedando de lado mirándome con los ojos entrecerrados.

—Olvida eso —sentenció.

—Bésame —musite.

—Olvídalo.

—No, no voy a olvidar nada que nos involucre, little.

Pase mi brazo por su cintura atrayéndola hasta mí, dejo su mejilla en mi pecho, mientras yo daba caricias en su cabello.

Estar con ella era una de las cosas que mas me gustaban. Es la primera vez que estamos así, y es la segunda vez que compartimos cama con la única diferencia que ahora ella está sobre mi pecho y de que esta es su cama.

Descubrí algunas cosas sobre ella en estos tres meses, no le gusta que la llamen Amanda, pero tolera que yo la llame así, hace senderismo desde que tiene quince años y a esa misma edad descubrió que le gusta mezclar música, no le gusta el café, pero le gusta leer hasta tarde si un libro la atrapa.

Conoce a Alicia desde casi toda la vida y tiene un amigo que la acompaña a sus festivales, no le gusta los olores fuertes y ama lo que hace. Le gusta el color morado y moriría por comer helado y mangos, trabaja en la librería solo como un pasatiempo. También descubrí que no le gusta el brócoli, esto último lo supe cuando cocinamos en casa la última vez que ella estuvo ahí y yo tampoco soy fan de este, pero quise hacerlo.