Capitulo 26

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Félix

Amanda eres mi amada [parte 1]


No le veía fin a estar fuera de la ciudad, y más, cuando tengo a Ian yendo a mi habitación cada que le apetece. Era el último día en el que estaríamos fuera, tenía todo listo: la maleta... y ya, solo traje eso.

El plan para hoy sería llegar e ir a ver a Amanda, recordé que había un prado que no es muy conocido y el cual estoy seguro le encantara —o eso espero— sé que hace senderismo, no es lo mismo llevarla a conocer este lugar que llevarla a escalar, perooo, no pierdo nada intentando.

Las últimas dos semanas han sido un poco extrañas, termine bebiendo con los de la banda y llamando a Amanda borracho.

Dios, el único recuerdo que tengo de eso es un video que vi al día siguiente entre nuestros mensajes.

Ella seguía como siempre, por lo que supongo no hice ninguna idiotez. El móvil en la cama se encendió mostrando la imagen de Han.

—Si tienes un móvil propio ¿Por qué usas el de tu esposo? —mi hermana al otro lado pone los ojos en blanco y luego sonríe maliciosa.

Lo has dicho hermanito, porque es el de mi esposo.

Grace giro la pantalla mostrando su cocina y lo que sea que ella, Sophie y Han intentaban preparar.

—Han —llamé a mi cuñado—. ¿Estarán con vida cuando regrese? —bromeé.

Tal vez sea yo quien no esté con vida cuando regreses —siguió el juego ganándose un golpe de parte de su esposa.

—Hermanas, apiádense de él, por favor. Quiero tener a alguien de mi lado para poder estar a la par.

Somos un amor, ¿verdad, Han?

Ambas chicas miraron al mencionado que después pasó a ser el protagonista en la pantalla.

Lo son, lo son —aceptó, levantando los brazos.

Ningún Han fue obligado en esa llamada.

Me distraje cuando la puerta de mi habitación volvió a abrirse por quinta vez en la mañana, dejando ver a la misma persona que entró las veces anteriores.

Ian me hizo una señal de que ya era hora de irnos, asentí centrándome nuevamente en el teléfono.

—Ya tengo que ir al aeropuerto, no le digan a Amanda que llegaré hoy —sentencie.

¿Nosotros? —los tres se señalaron a sí mismos.

—Si, ustedes. Sé que se contactan con ella frecuentemente.

No nos culpes, es parte de la familia.

Cortaron la llamada antes de que yo pudiera responderles algo, esas últimas palabras que mencionó Grace me dejaron tonteando por unos minutos.

Es parte de la familia.

Pero ¿de qué familia? La destruida que teníamos y la que ansiamos olvidar, o la que intentábamos tener ahora sin nuestros padres.

°°°°

Mi apartamento seguía tal y como lo dejé hace dos semanas, con la diferencia de que las cortinas estaban corridas. No recuerdo haberlas dejado así, Bonnie aún seguía al cuidado de Cloe por lo que se quedaría con ella hoy también.

Fue inútil pasar por alto la presencia de esa persona en el sillón, tenía sentido las cortinas corridas ahora.

—¿Estamos en una película de mafia? —dije entre dientes— ¿Cómo siempre terminas entrando? ¿No te cansas de joderle la vida a tus hijos, Martin?

Aquel festivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora