Capítulo 28

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El mundo a los 21


Por tres años he pasado la misma rutina en este día, sencilla y sin complicaciones. No hay mucho de que alardear cuando el día que algunos ansían que lleguen, para otros simplemente es un día normal.

Y para mi lo ha sido por este tiempo, antes era el mas emocionado en esta fecha, él me hizo odiarla tanto que mi humor es el peor en este día. Sin embargo, aunque la odie no puedo echar a esas personitas frente a mi con sus sonrisas angelicales y cantos algo ruidosos.

Han es el mas calmado, mientras que mis hermanas cantan tan alto como si no pudiera escucharlas. La chica de cabello gris y la pequeña rubia canturreaban una canción de cumpleaños para mí.

Sophie mantenía a Bonnie en sus brazos dando brincos por toda la cama, Grace en sus manos llevaba un pequeño pastel en el que alcance a leer un: "Felix cumple Dix"

Admito que quise burlarme por como estaba escrito, pero era seguro que si lo hacia ellas dos iban a matarme. Si no lo hizo Martin lo hacen ellas.

—Se han equivocado en el mensaje —me queje con las dos señoritas.

Ellas me miraron entrecerrando los ojos y cruzándose de brazos.

—Tu nombre se confunde con la palabra —murmuro, Han.

—No te quejes Dix, siempre te quejas en tu cumpleaños —Sophie me miraba ya sentada en la cama.

—Pide un deseo hermanito.

—Por dios, Grace, se escucha tan raro que me llames así.

—Siempre te llame así —se justificó.

—Pero éramos unos niños en ese entonces —susurre hacia ella que se acercaba con el pastel—. Además, tu esposo se esta riendo de mí.

A Han se le borro la sonrisa que tenia cuando mi hermana lo miro amenazante, ahora fui yo quien se burló de él.

Después de para nada ser obligado a pedir un deseo bajamos los cuatro al comedor donde tenían preparado el desayuno. No sé desde a qué hora están aquí y como entraron, luego recordé que tienen copias de las llaves del departamento.

Me sentí raro al estar en el comedor con más personas que no eran los de la banda o mi querida Amanda. Y mira que me encanta comer junto a mi chica.

El sentimiento fue de nostalgia, hace mucho no compartía alguna comida con mis hermanas, y esta claro que hace mucho no sentía que estábamos en familia los tres. La mesa era ruidosa, Sophie contaba chistes que solo hacían reír a Han, Grace contaba su vida fuera del país y de las personas que conoció en ese tiempo, Han por su lado se limitaba a asentir cuando su esposa le pedía que confirmara sus palabras. Se llevaban bien, eran opuestos el uno del otro y se conectaban a la perfección.

Nos reímos todos cuando la menor quiso enseñarnos un truco que había aprendido con unas pelotitas, spoiler: todas terminaron en el piso (Sophie también).

Me sentía raro y bien a la vez, faltaba que alguien más estuviera aquí compartiendo con nosotros, y juro que me echaría a llorar. Aunque no hable mucho con ella, y por mas que intente esquivar sus recuerdos es inevitable no tener un nudo en la garganta al pensar en mi madre.

En serio la extrañaba, sin embargo, termino siendo un idiota cuando estoy cerca.

El día en que me fui de casa salí sin mirarla o decirle alguna palabra, sabia que si lo haría le diría palabras de las que ahora pudiera estar arrepintiéndome.

Aquel festivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora