Capítulo 29

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Un paso más lejos de él

—Mañana tengo ensayos con la banda en la mañana, ¿quieres venir conmigo?

—¿Puedo ir?

—Claro que puedes, preciosa —jugué con un mechón de su cabello—. Incluso, Liam, lleva a su pareja.

—Esta bien, voy contigo.

—Si no aceptabas igual te llevaría conmigo.

Bromee ganándome un golpecito de su parte. Estábamos recostados en la cama hace algún rato, Amanda había llegado en la mañana, yo había salido a comprar mientras ella estudiaba.

Habíamos pasado la semana juntos, aunque en las noches ella tuviera que regresar a su casa. La acompañaba, claro, no podía dejarla ir sola. He interactuado con el diablillo llamado Luca, es muy descarado el pequeño, siempre termina diciendo que tenemos que llevarnos bien por Sophie, ni siquiera por su hermana, sino por la mía.

Mis ojos se habían cerrado mientras acariciaba la espalda de Amanda, desde que hemos empezado a convivir más, ella fue tomando más confianza, había dejado atrás a la chica tímida que se sonrojaba con alguna cosa que le dijera. Ahora, hablaba hasta por los codos con mis hermanas, y para mí es gratificante escucharlas o cuando me habla solo a mí.

Bueno, para que mentirnos, sigue sonrojándose cuando le digo algo cursi. Y sigue viéndose igual de hermosa que la primera vez.

Me gusta dormir solo y tener la cama a mi disposición, pero me encanta mas cuando tengo que compartirla con Amanda, ha sido de las mejores cosas que he experimentado ahora en mis veintiún años. Tenerla a mi lado cuando estamos durmiendo o que simplemente este recostada en mí, me hace querer tenerla siempre así.

Ha pasado un poco mas de un mes desde que vi a mi madre, ella y Grace si se han puesto en contacto sin que Martin se entere. Le he dicho que tenga cuidado de no encontrarse con él no sabemos que podría hacer si la vuelve a ver, aunque este enterado de que esta en el país no se han visto ni una vez. Y en serio quiero que siga así.

Sentí a Amanda acomodarse mejor dejando su rostro entre mi cuello y mi hombro. Su respiración en mi cuello erizo mi piel, la idea de que estaba dormida quedo en el olvido cuando la escuche soltar una risita por lo bajo.

Esta claro que esta mujer es consiente del efecto que causa en mí.

Mis caricias en su espalda seguían y a ella parecía gus...

Un ardor en mi cuello hizo quejarme, Amanda estaba mordiendo mi cuello como un vampiro.

—¡Me mordiste! —exclame, cambiando de posición quedando yo sobre ella.

—No lo hice —se excusa, sonriendo inocente—. Estaba dormida, no sé de que hablas. Tal vez, alguien más te mordió y te sientes culpable.

Ahora es ella la que me acusa falsamente.

—Vi cómo me mordías.

—Mientes. Tenias los ojos cerrados.

—¿No que estabas dormida?

No tuvo más que sonreír angelicalmente, paso uno de sus brazos alrededor de mi cuello mientras, que con el otro daba caricias en la zona en la que me mordió.

Jalo de mi hasta tener mi rostro a un lado del suyo, volví a sentir su respiración en mi cuello haciendo que otra vez mi cuerpo reaccionara. Esta vez no recibí ninguna mordida sino un grato beso...

Cante victoria antes de tiempo. Después del beso volvió a morder en la misma zona haciendo que el ardor regrese.

—¿De verdad quieres ir por ese camino? —Interrogue, mirándola fijamente.

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