Te encontre, hora de morír.

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Yo no soy un chico especial, ni oscuro ni misterioso. Soy un joven común que no destaca, y la gente rápidamente me olvida. Me llamo Beomgyu, tengo 21 años. Tengo el cabello negro, liso y largo, soy delgado y mido 1.83 cm. Asisto a la universidad en un pequeño pueblo.

Una mañana, desperté y miré el reloj: eran las 5:30 am. Vivía solo en unos departamentos un poco alejados del pueblo. Tomé un baño y me vestí con un suéter y pantalones negros. Como era mi día libre, decidí ir a una librería para buscar un libro que necesitaba.

Cuando salí de mi departamento, noté una nota en la puerta con símbolos extraños: un corazón con el signo del dólar en el centro. Al voltear la hoja, vi algo escrito en la parte inferior: "Te encontré, y esta noche vendré a matarte". Me sorprendí al leerlo, pero rápidamente pensé: "Debe ser una broma". Arrugando la hoja tirándola lejos.

Caminé hacia el pueblo por una calle cercana al bosque. El viento soplaba fuerte, agitando las copas de los árboles. Sentía que alguien me observaba y la temperatura bajó aún más. Escuché pasos detrás de mí y comencé a correr. Al voltear, no había nadie. Pensé para mí mismo: "¿Acaso me lo imaginé?".

Al llegar al pueblo, saludé a unos amigos en el camino, Soobin y su novio Kai.

Soobin me saludó diciendo: "Hola Beomgyu, no deberías caminar solo. Han ocurrido muchos accidentes últimamente y me preocupa que te pueda pasar algo... Por favor, ten cuidado". Kai tomó la mano de Soobin y añadió: "Es verdad. En las noticias dijeron que han ocurrido muchos asesinatos últimamente". Me sorprendí y recordé la nota que encontré, luego les pregunté: "¿Saben quién es el culpable?". Kai, visiblemente asustado, respondió: "Los policías aún no lo saben, pero muchas sospechas apuntan a un chico llamado Choi Yeonjun". Me sorprendí al escuchar ese nombre, ya que había oído muchas historias sobre ese tal Yeonjun.

Me despedí de ellos y pasé casi todo el día en la biblioteca investigando más sobre ese asesino, ya que me había despertado mucha curiosidad. Sin darme cuenta, ya era tarde e iban a cerrar.

Salí de allí y caminé hacia casa, algo nervioso por todo lo que había leído. Mientras caminaba, me di cuenta de que no había nadie cerca. De repente, el frío volvió a intensificarse volviendo a escuchar y sentir la presencia de alguien más. Lo cual me puso aún más tenso y asustado.

Reuní fuerzas y comencé a correr. Los pasos detrás de mí se aceleraron y sonaban cada vez más cerca. En mi desesperación, comencé a llorar, pero no dejé de correr.

Al ver los departamentos, sentí alivio, pero mi alegría fue efímera. Ya que un joven se paró justo delante de mí deteniendome en seco.

Debido a la oscuridad, no podía distinguir su rostro claramente, pero era alto y llevaba una camisa a cuadros y jeans ajustados. Su cabello era negro.

En ese momento, un policía que pasaba por allí nos gritó y se acercó al joven, diciendo: "¡Eh! ¿Qué están haciendo tan tarde?". Escuché cómo el joven reía y sacaba un cuchillo de su espalda. El policía rápidamente sacó un arma, pero el joven ya se encontraba detrás de él, clavándole el cuchillo en la espalda y luego girando su mirada hacia mí, degollando al policía. El oficial cayó muerto.

Quedé petrificado al presenciar esa escena. Quería correr, pero mis piernas no me respondían. El chico empezó a dirigirse hacia mí. Reaccione y corrí intentando escapar.

Llegué a mi departamento, que estaba en el primer piso. Pero justo cuando mis manos tocaron el pomo de la puerta, él golpeó la puerta. Sentí que estaba justo detrás de mí, tan cerca que podía sentir su aliento en mi hombro. Me quedé sin palabras, incapaz de moverme. Solo podía pensar: "Me va a matar... Ya no tengo a dónde huir... Tengo miedo... Miedo de morir...". Sentí su otra mano rodeándome desde las caderas hasta el cuello mientras sostenía el cuchillo.

Con voz temblorosa, logré articular unas palabras: "Tú... Eres... ¿El?" Él soltó una fuerte carcajada y me dijo entre risas: "Te dije que vendría por ti". Susurró en mi oído: "¿Estás listo para morir, pequeño niño?". Tomé valor y lo miré. Su piel era blanca como la nieve y sus ojos eran negros, con un brillo impresionante. Podría describirlos incluso como dos hipnotizantes agujeros negros, pero lo más inquietante era la máscara que ocultaba gran parte de su rostro.

Me sentí tan asustado que no podía respirar. Él me miró y dijo: "¿Nunca habías visto a alguien tan hermoso como yo, verdad? Lástima que esta será tu última noche". Sentí su cuchillo en mi garganta. Quise gritar, pero no pude. No podía apartar la mirada.

Cuidadosamente, el cuchillo quito el cabello de mi cuello, para luego ejercer presión con el borde afilado contra mi garganta.

Era el fin... El miedo me invadió y perdí el conocimiento. Lo último que escuché fue la risa de el diciendo: "Hagas lo que hagas, no te quedes despierto..."

Amor Psicópata (YeonGyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora