Prólogo.
Asher Dumbar.
Día del deseo.
-¿Y tienes mucho dinero?-indagó con mucha curiosidad en sus ojos ambarinos.
¿Por qué mi dinero tiene que ser un tema de conversación?
Exhale ruidosamente y ruedo mis ojos. Bebo de la copa entre mis dedos y me despido de la chica antes de mencionar cuántos beneficios tengo gracias al banco nacional.
Estaba solo en este lugar, todos me conocían de vista, pero nadie se acercaba para saber cómo era, qué pensaba. Nada.
Casi juraba que mi rostro tenía forma de rectángulo con un montón de ceros.
Casi...
Fruncí el ceño ante la multitud que se acumuló en la entrada del edificio de celebraciones. La mayoría vestía de costosos vestidos de lo más popular en moda y smoking tan brillantes que ninguna lupa podría capturar ni una arruga.
Bendito Jesús.
Mire mi reloj en mi muñeca e hice una mueca.
Llevaba alrededor de dos horas aquí y nada emocionante había pasado. Esperaba chocar con una alguna mujer y tener un romance de una noche. Divertirme tan solo un poco antes de entrar en la misma rutina de la semana. Generar más dinero del que poseía.
Joder.
Mi codo se recargó contra la barra y observé a mi alrededor con una mueca de desagrado.
-Asher, endereza tu espalda-una mano escuálida se posó sobre mi antebrazo y apretó fuerte contra mi bíceps. La observé con el ceño fruncido.
Su cabello negro estaba sobre sus hombros con varias ondas y brillos de oro. Sus orejas estaban decoradas de plata y perla, mientras que su maquillaje constaba de mucha luminosidad y lujo, y no hablemos de su costoso vestido dorado con hojuelas.
-Hola, mamá. Estoy bien, muchas gracias por preguntar. ¿Cómo estás tú?
Elener me miró con aquellos ojos azules tan fríos como el mar, alzando su ceja perfilada, escaneó mi rostro de un modo neutro y sin emociones. Hasta que finalmente, entreabrió su boca y sonrió falsamente, dándome unas palmadas un poco fuerte en mi pecho. Me tocó la mejilla y me sonrió maternal.
-Cállate un momento, Asher-dijo lentamente con voz afilada-Ahora, sonríe para la cámara. Haz que mamá se sienta orgullosa de su hijo que resultó ser un fracaso...
Mierda.
El flash no tardó en llenar mi perfil. La sonrisa de mamá se mantuvo hasta que la luz se desvaneció y sus ojos volvieron a ser los mismos de siempre. Despiadados.
Mi pecho se apretó y trague el vidrio que se posó en mi garganta...
(...)
Suspiro y me levanto de la mesa de desayuno, caminando hacia la cafetera donde se encontraba mi taza. La tomé entre mis manos y me apoyé contra el borde de la mesa, mirando a través de la ventana.
La luna estaba tan brillante. Se veía vacía, sin nadie a su alrededor, sola y sin compañía que la aguarde con una amena charla que brinde paz.
Me quedé ensimismado observándola.
-Me gustaría conocer un lugar donde me quieran por lo que soy, no de donde provengo.
Cerré mis ojos cuando un mareo y el pitido en mis oídos comenzó con fuerza. La taza que estaba a milímetros de mis labios comenzó a calentarse tanto que tuve que soltarla de la impresión. Abrí mis ojos al ver las gotas de café comenzando a flotar en el aire chocando contra las repisas y mi rostro. Traté de apartarme de ello, sin embargo, lo que me sorprendió, fue que mis pies no estaban sobre el suelo, estaba sobre el techo de mi hogar con una luz blanca, pero tan blanca alumbrando todo a mi alrededor.
¿Qué demonios?
-Cuatro hombres, mismas edades, diferentes deseos.
La voz venía de aquella luz. Me percaté de una mujer ahí, ella me observó y me sonrió.
Mis ojos se humedecieron de inmediato, los cerré fuertemente al sentir una profunda picazón y al abrirlos solo veía negro.
Todo estaba oscuro.
Hasta que ya no sentí nada más. Y solo me deje llevar por el sueño.
ESTÁS LEYENDO
Asher #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA SERIE ELEGIDOS. Cuando despiertas en una caja mágica con tres chicos y una chica diciéndoles que serán felices y encontrarán el amor, no es algo que muchos creerían. Asher Dumbar pide un deseo al sentirse solo, inseguro y necesita...