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Capítulo 5

Asher.

"Como si lo que destruimos tuviera un arreglo"

-No entiendo absolutamente nada.

-No hay nada que entender, Asher. Ya está-murmuró de mala gana Alden.

Rodé los ojos y reí sarcástico.

-¡No soy adivino!-vociferé-Ojalá tuviera la capacidad para poder saber con un demonio que carajos les ocurre a ustedes dos. Lamento informales que ese "súperpoder" no lo he adquirido, así que díganme de una maldita vez que les ocurre...

Lez inhaló en completo silencio y miró a su alrededor con confusión. Claramente está confundida, ella no tiene ni idea de que le pasa a sus hermanas. Lentamente, ella se deslizó hasta posarse a mi costado y me tomó de la mano, refugiándose en mí.

-Perteneces a cada una de nosotras; tus sentimientos y tu afecto nos pertenece-respondió Valezca, dejándonos a todos en silencio.

Puse los ojos en blanco y apreté involuntariamente la mano de Lez.

-Su bendita madre...-infle el pecho- Es obvio que soy suyo. En algún momento lo seré más, como también saben que esto es solo el maldito comienzo. Apenas llevamos una semana conociéndonos e interactuando entre nosotros, no me presiones. No me voy a enamorar de un chasquido, Valezca.

Alden bufó y colocó sus manos sobre sus anchas caderas y maldición, aquella postura la hacía ver tan condenadamente sexy que no pude evitar bajar la mirada hacia esos pechos que agradecía mentalmente.

Concéntrate, Asher.

-Yo no tengo paciencia. Supongo que ya lo habrás notado, pero te quiero. Quiero tenerte-sincero al hablar Alden.

Sin poder evitarlo, sentí las gotas de sudor deslizándose suavemente por mi piel, empapándola. Mi respiración se volvió errática y no podía controlar el palpitar rápido de mi corazón y la subida y bajada de mi pecho.

-Lo tengo presente-tomé aire antes de hablar-Ustedes fueron criadas para esto, saben que hacer y como se sienten en cuanto conocen a su elegida, lo entiendo perfectamente, chicas... Pero yo no soy de aquí. No nací aquí-puntualicé, alzando mi mano hacia mi costado-Soy de la tierra. Tuve una vida del maldito infierno desde que era un puto bebé, mi capacidad para abrirme con las personas es nula, absolutamente, y sí lo hice con los chicos y ahora con ustedes, es porque les tengo confianza. Sin embargo, por más que esté es un lugar nuevo donde veneran a las personas y las tratan con el debido respeto que se merecen, yo me crié de otra manera y me costará un jodido montón acostumbrarme.

Inhale y exhale repetidas veces, tratando de calmarme. Sabía que si seguía abriendo la boca terminaría contándoles todo. Pero no quería seguir así, para que luego me comenzaran a mirar con lástima.

-Lo mejor será ir a dormir. Estamos cansados y debemos descansar. Mañana podremos hablar de esto y buscar una solución...

Valezca me interrumpe, dando un paso hasta mí. Sus ojos escudriñaron cada parte de mi rostro y yo cada facción extravagante del suyo. Sus ojos grises estaban agudos y brillosos. Su rostro se encontraba tenso, pero aún así, solo podía detallar con mucha facilidad la preocupación en su expresión.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora