Sanar mis heridas

35 8 0
                                    

Capítulo 18

Asher.

"Tú eres un diamante."

Una fuerte inhalación salió de mi boca apenas logré escaparme de las hermanas y la madre de mis chicas. Eran muchas emociones por el día, de alguna manera me sentía exhausto, solo quería recostarme y dormir.

Me dejé caer sobre la cama y me acomode entre las almohadas, mirando el techo con cierto interés. Las chicas se habían entusiasmado con la idea de que tuviera un techo de cristal, cosa que me permitía observar las estrellas y las lunas brillando con todo su esplendor. A la mañana siempre los cristales se oscurecen, ocultando los rayos del sol. Y absolutamente, me encanto que hayan hecho esto por mí. Jamás en mi vida creí que me gustaría ver las estrellas y la luna, pero se volvió una rutina desde que llegué a este mundo nuevo.

Mi madre no me dejó salir de casa durante un largo tiempo. Fui criado en casa. No fui a un colegio como un niño normal, tuve tutores todo el tiempo, mayordomos pisándome los talones, un guardaespaldas que me seguía por toda la casa. No tenía permitido salir al patio. Recuerdo brevemente lo hermoso que era, había un columpio en especial que amaba con mi vida, era allí donde me sentaba con mi papá y nos quedábamos contando historias por horas. Hasta que mi padre se comenzó a distanciar. Jamás entenderé porqué él estaba allí. Mamá nunca me lo explico. Nadie me lo explico.

Recargo mi mano sobre mi estómago y observo de reojo la puerta al sentirla deslizarse. La cabellera oscura de Alden hace presencia, y una sonrisa de manera repentina llena mi boca. Me levanto sobre mis codos y la observo caminar lentamente por mi cuarto hasta acomodarse a mi lado.

—¿Tu madre ya se fue?—inquiero.

—Eh, sí. Dijo que tenía que hacer unas cosas con padre. Ellos vendrán mañana a conocerte. Quieren hacer una cena antes de que nos vayamos a la misión.

—Entiendo. Estoy un poco nervioso. ¿Debería hacer algo para agradarle a tus padres? ¿Colocarme un traje? ¿Algo?—una sonrisa se deslizó por su linda boca y me miró con rapidez.

—No deberías. Mis padres son buenos hombres, ellos no juzgan solo porque sí. Aunque se resistirán un poco al comienzo ante el hecho de que sus hijas ya tengan pareja—se encogió de hombros—Además, no deberías preocuparte por agradarle a los demás. Eres perfecto así. Perfecto para nosotras, y te quiero así tal cual eres, Asher...

Como si de un escalofrío se tratará, una fuerte ráfaga de fuego se sitúo en mis mejillas e incline mi cabeza, poniéndome de pie rápidamente, sin evitar los nervios del momento.

Estás chicas lograban hacer cosas en mí que nunca creí.

—Bien...

Me removí en mi lugar, mirándola. Acechándola. Estaba con su cabello sobre un hombro y mantenía su columna encorvada. Con sus brazos sobre sus muslos y sus manos sobre sus mejillas. Su expresión aún seguía neutra, pero sus ojos demostraban dolor. Nada que ver con lo que había visto cuando me dijo que me quería.

Y decidí indagar. ¿Qué fue lo que ocurrió en el hospital?

—¿Qué ocurrió?—mi voz llenó el silencio, solo oía el leve roce de los árboles contra el techo de la casa. Como el viento rugía afuera con violencia.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora