Debí...

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Capítulo 38

Asher.

"Los abrazos son curitas para el corazón."

Jamás creí que dirías esto. Y tampoco creí que llegaría el momento en donde yo mismo me autodiagnosticaría. ¿Está mal hacerlo? ¿Esta mal que crea que tengo inicios de demencia o incluso esquizofrenia?

¿Estoy alucinando? ¿El beso que me dio Alden tenía alguna sustancia extraña? Porque Dios, jamás creí que podría inducirme a un sueño tan solo tocando un manto mágico que cae de un árbol. Porque ahora mismo me encuentro en un paraíso, y tengo frente a mí a dos hombres que no dejan de abrazar a mis chicas.

Me voy a volver loco...

Solo pude escucharme decir: vayan ustedes, yo las esperaré.

Lez.

—Mi hermosa luciérnaga—susurra la voz de mi padre. Su voz me provoca un escalofrío cuando siento el cálido roce del viento en mis mejillas. Él me mira y sonríe triste—Las dejé en el peor momento, debí haber luchado y quedarme contigo. Debí haberte haberte salvado...

Mi cuerpo tiembla y suelto un sollozo, rodeando la cintura de mi padre. Pero solo siento el aire cálido corriendo entre mis brazos. No es real.

—Yo te traje una ofrenda...—digo entre lágrimas. Las manos de mi padre se sienten como el aire cuando me sujeta de mis mejillas y me aleja, mirándome a los ojos. Los suyos se cristalizan y recarga su frente contra la mía.

La sobrecarga de emociones se van desapareciendo de mi cuerpo. El miedo, la ira, el dolor se va temporalmente de mi cuerpo. Solo siento su cálido tacto en mi cuerpo. El amor de mi padre por mí y su arrepentimiento por no haber luchado lo suficientemente para salvarme.

—¿Qué trajiste? Sabes que no me gusta que me traigan algo, mientras estén ustedes aquí conmigo, yo me conformo.

—Y-yo...—mi voz tiembla y mi padre acaricia mis pómulos—T-te te entrego esto—alzo la caja de mis lentes. Mi padre la observa, mirándome sorprendido—Por mucho tiempo me refugie allí, detrás de esos lentes porque creí que era lo único que me mantendría segura de las críticas, pero llegó alguien a mi vida a cambiarlo totalmente. Y te entrego esto, porque estoy decidida a dejar mi pasado atrás y crear un futuro nuevo junto a mi compañero...

—Mi niña...—murmura, traslado sus dedos bajo mis ojos y me limpia las lágrimas—Es una gran ofrenda y estoy decidido a aceptarla con tal de que cumplas tu palabra—su rostro se ve borroso, pero aún así, logro ver sus hermosos ojos azules, aquellos que tuve en su tiempo—¿Y este compañero tuyo es un gran hombre?—inquiere.

Suelto una risa y asiento.

—Lo es.

—Entonces preséntamelo.

Asiento, alejándome de su tacto. Observo de soslayo como mis hermanas hablan amenamente con mi hermano Ascian. Ellas decidieron que me darían un tiempo con mi padre, por más que quisieran arrojarse a sus brazos, lo harían después de que yo entregara mis lentes. Aquellos que han estado por toda nuestra vida. Asher está mirando sus zapatillas un poco lejos y me hace sentir una mala compañera, lo dejé solo.

Me acerco corriendo y sostengo su mano, buscando sus ojos, porque es lo único que puedo ver de él... o eso creía hasta que lo que vi. Vi su rostro, vi su sonrisa, vi su hermoso amor reflejado en sus ojos.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora