Tan impulsiva

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Capítulo 26

Asher.

"Que todo arda de amor."

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—A este paso me quedaré sin ropa...

La risa de Alden me llena los oídos y busco en mi mueble alguna camiseta, sin embargo, solo encuentro dos sudaderas y un par de pantalones.

—Esa es la idea—se burló coqueta.

Me volteo colocando mis manos sobre mis caderas y la observo. Sus hermosas piernas se encontraban dobladas debajo de ella, la tela acariciaba su piel. Y esa tela es una de mis camisetas. 

Subo la mirada lentamente hasta encontrarme con aquellos zafiros que me vuelven loco, con ese cabello despeinado y ondulado por encima de un hombro, usando mi ropa.

Creo que me enamoré...

Ay, mierda. Que belleza de mujer.

—Bonita, de verdad necesito que dejes de robarme ropa. Quiero estar presentable aunque sea en su presencia—suelto un suspiro y la sonrisa de Alden crece.

—No me lo digas solo a mí. Valezca y Lez también han estado sacando tu ropa.

Frunzo el ceño y cruzo mis brazos.

—¿Lez? No la he visto con ninguna de mis camisetas—murmuro confundido.

Alden rueda sus ojos y estira sus piernas, gateando lentamente hacia mí. Se levanta sobre sus rodillas y me agarra la cintura de mis pantalones acercándome a la cama. La miro y dejo caer mis manos sobre su cuello.

—Las usa en la noche, cuando nadie la ve...—menciona y aquello me erizo la piel.

¿Ella lo usa para...? ¿O me equivoco?Ay, Dios. Trago saliva y miro hacia el lado contrario.

Alden me sigue sosteniendo de la cintura de mi pantalón, pero su dedo pulgar se pasea sutilmente por la piel de mi pelvis, delineando una vena que se posa en esa zona.

Un gemido suave se me escapa cuando dulcemente se agacha y deposita un beso en mis pectorales. Su mirada se mantiene en la mía, pero sus labios recorren mi cuerpo dejando un rastro excitantemente húmedo. Su lengua se vislumbra cuando rodea mi pezon y lo rodea con sus diente antes de cerrar sus ojos y dejarse caer hacia atrás, aún con sus manos en la cinturilla de mis pantalones, ocasionando que mi cuerpo caiga sobre el suyo, yo entre sus piernas y ella rodeando mi cuello con los ojos encendidos en ese fuego que jamás había visto. Esto es nuevo. Muy nuevo.

—¿Qué estás tratando de hacer?

Su sonrisa traviesa me recibe cuando se muerde la esquina de su labio y me empuja con sus piernas hacia su entrepierna, ocasionando aquel roce que me hace jadear suave. Extiendo mis manos a los costados de su cabeza y bajo mi pecho hacia el suyo, dejando caer mi cabeza a centímetros de la suya, provocando sus labios. Lamo los míos y suspiro sobre ellos cuando no la beso, ella se queja y jadea, pidiéndome que la bese.

—No sé qué estoy tratando de hacer, pero quiero que me beses y me toques—jadea sus palabras y muerdo mi labio, recargando mis codos.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora