Asher #3

Tómalo

Capítulo 42

Alden.

"Aprender a gestionar las emociones es una de las claves para disfrutar de la vida."

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¿Debería preguntar?

Inhalo una bocanada de aire tocando el picaporte. Oigo el agua chocando contra la cerámica, la respiración suave y jadeante de mi hombre. Mis ojos se cristalizan, y no por lágrimas. Excitación. El fuego ardiente me sube por los poros y se queda por mucho tiempo en mi rostro. Deslizo mi cabello lejos de mi piel e inhalo por el calor asfixiante.

Él me dijo que podría hacer todo lo que yo quisiera. Tal vez no le incomode...

Estrellas, ¿qué estoy haciendo? Inhalo y me separo de la puerta lentamente, con el corazón palpitándome en la mano. Me alejo unos pasos, suspirando. Pero no me voy hasta que mis oídos lo oyen. Un gemido suave y masculino que me eriza la piel. Aguanto la respiración al oír un sonido extraño, como piel chocando contra piel. Aprieto mis piernas y exhalo, observándome respirar aceleradamente.

Tú puedes hacerlo, Alden. El nerviosismo no es parte de tu personalidad... tomo un respiro de aliento y me acerco cuando vuelvo a escuchar ese exquisito gemido ronco. Escucho el cristal de la bañera siendo golpeteado, como si estuviera moviendo sus dedos sobre el cristal.

Apreto el picaporte y lo muevo hasta abrir finalmente la puerta. Me deslizo dentro de la neblina de vapor y cierro detrás de mi, observándolo. Me relamo los labios, porque es hermoso. Es precioso. Imagino el agua recorriendo su cuello, su clavícula y deslizándose por su cuerpo mientras mueve su mano con brusquedad por su longitud. No puedo verlo bien.

Me acerco unos pasos y me deshago de mis sandalias, entrando más y más a la nube de vapor. Asher no me siente, o tal vez sí. Pero sus ojos están cerrados con fuerza, sus pestañas caen firmes sobre sus pómulos, el cabello le cubre la sien y cae un mechón de cabello sobre uno de sus hermosos ojos azules.

Enfoco mi mirada en sus labios siendo mordidos por sus dientes, en carne viva, tan rojos. Delineo con mis ojos su cuello, su manzana de Adán y bajo hasta su pecho firme, con extraños dibujos que él llama tatuajes. Es sexy. Su cintura estrecha se va a estrechando hasta que mi mirada choca con sus caderas y me percato del vello bajo su ombligo. Y sigo bajando, hasta encontrarme con su mano moviéndose suavemente por su falo. Sus dedos se mueven con maestría, así como cuando me toca. Dibuja su cabeza en forma de hongo y baja hasta rodearlo con su mano. Exhala un gemido y respiro aceleradamente, porque una sed por probarlo se posó en mí.

¿A qué sabrá? ¿Cómo se sentirá? Me desconecto y subo lentamente la mirada hasta encontrarme con la suya. Sus ojos oscurecidos se encuentran con los míos, sus labios se entreabren, y me atrae. Camino hasta detenerme frente a él, observando lo alto que es y lo dominante que se ve ante mí. Cómo su pecho sube y baja con fuertes respiraciones, oyendo su corazón acelerando.

—Alden...

Gimió mi nombre.

Gimo y relamo mis labios resecos, acercándome y alzando la mano titubeando en el proceso, pero él la sostiene y la coloca suavemente sobre su pectoral. Su mano en su miembro se detiene mientras me mira con más claridad. Usa mi mano para acariciar su pecho, mis dedos se cruzan con su vello y muevo las yemas de mis dedos, él abre la boca y la baja por su abdomen, acaricio la piel cálida y húmeda y el deseo de probarlo es más fuerte.