¿Qué?

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Capítulo 15

Asher.

"Abrázame...
que mi corazón necesita escuchar al tuyo."

Su coleta volvió a golpear mi hombro cuando giró rápidamente por un pasillo saludando a un par de enfermeras. Su sonrisa era deslumbrante, y verla de esta forma, me hizo un no sé que en mi estómago. Estaba con una camiseta de tirantes rosa palo, con un pantalón ajustado de color negro. Estaba con su delantal blanco abierto.

Me limpio disimuladamente la baba que cae por la esquina de mi boca cuando la repase. Ella salió vistiendo así de su habitación, mientras se ataba el cabello y miraba a sus hermanas, comentando de vez en cuando. Y maldición, verla así me puso cachondo.

Lo admito. Me tuve que remover el pantalón un montón de veces después de salir y despedirme de sus hermanas. Salgo de mis pensamientos al verla acercarse a un hombre en recepción. Se recostó contra la pared y sonrió adorable.

—Jefecito...—canturreó.  Una sonrisa nació al ver como el hombre detrás cerraba sus ojos momentáneamente y se levantaba perezosamente de su asiento. Tomó algunas carpetas azules y se las pasó a Alden, quien le arrojó un beso y me miró divertida—Gracias, lindo. Por cierto, mi elegido estará conmigo hasta que acabe mi turno—se acercó, moviendo sus caderas lentamente y me rozó el costado, besando mi brazo—Se llama Asher. Asher, él es mi jefe, Lucas.

—Un placer—sonreí levemente.

Lucas me escaneó con la mirada y alzó sus cejas, sonriendo en disculpa.

—Admiro tu paciencia...—murmuró antes de sentarse e ignorarnos rotundamente. Fruncí el ceño.

¿Por qué todos siempre me dicen eso? Tatum fue la primera. Ahora él. Mi mirada se posa sobre ella y la veo bajar la cabeza con una mueca y luego volver a sonreír como si nada, me tomó de la mano y me sacó de allí.

¿Por qué no piensan en lo que siente ella al escuchar sus comentarios? Probablemente Alden sea muy impulsiva, muy hiperactiva y muy, excesivamente risueña, pero no hay nada de malo en ser así. Ella es ella.

Agarró su suave mano entre las mías y la aprieta mientras veo por el pasillo donde me lleva. Se detiene frente a un consultorio de puerta corrediza y entra, soltando mi mano de lentamente. Escaneo la habitación y me dirijo a ella cuando suelta las carpetas con un sonido sordo sobre la mesa.

—Alden...—murmuro. Su mirada se encontraba baja y eso me dio una apuñalada en mi corazón—Oye, amor, mírame—rodeé su cintura y la giré hacia mí, su estremecimiento me hizo suspirar. Bajé la cabeza y me coloqué a su altura, mirándola desde abajo. Sus ojos se encontraron con los míos y soltó una dulce sonrisa, borrando aquella mueca triste en sus hermosos labios—Eso es, mi niña linda.

Apreté mis dedos sobre la curva de sus caderas y la atraigo a mí, oyendo su jadeó suave cuando choca contra mi cuerpo.

—¿Cuántas veces has escuchado ese mismo comentario?—curioseo, con las cejas fruncidas y la mandíbula apretada.

Las manos de Alden se posan sobre mi pecho y bajé la cabeza, viendo como su piel pálida contrastaba con pura perfección con esa camiseta rosada.

—Mm... unas cuantas—susurró.

Apreté la mandíbula y miré sobre su cabeza. Hijos de puta. Rodé los ojos y dejé que mis manos rodearan su cintura y la abrace contra mi pecho. Ella se recostó en mi pectoral.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora