Dejarlo ir

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Capítulo 34

Asher.

"Déjalo ir"

De alguna forma, el universo me dio una nueva oportunidad. Una oportunidad de ser amado, de ser correspondido, de volver a sentir el cariño de un padre y estar en un lugar tranquilo sin la necesidad de sentir a la gente presionándome. Y me gusta. Me gusta muchísimo la vida que estoy construyendo aquí.

Desde que vi a mi padre por última vez en el hospital, he pensando muchas cosas, cómo, por ejemplo: que mi madre no está aquí. Que mi corazón está en paz, porque no está la mujer que más daño me hizo en toda mi vida. Y entendí que no puedo dejar que esa mujer mande sobre mí. Yo aprendí a que ella no es dueña de mi vida, de mis decisiones. Que soy capaz de escoger que es bueno y que es lo malo.

Y estoy jodidamente feliz de estar lejos de ella.

Y hay que dejar ir.

Porque muchas veces me caí, pero ahora y aquí aprendí a levantarme y a seguir con mi vida. Este nuevo planeta me dio la oportunidad de conocer a tres maravillosas mujeres que me aman por sobre todas las cosas y están dispuestas a todo con tal de verme feliz. Y me encanta. También me dio el privilegio de tener a cuatro amigos que son como mis hermanos, que me apoyan incondicionalmente y están ahí para mi, aconsejándome cuando me equivoco, cuando me siento mal y cuando hago las cosas bien. Y estoy jodidamente agradecido.

Gracias, cajita mágica.

Y ahora estoy aquí...

Sonrío sin poder despegar la vista de mi chica. Está vestida con mi camiseta y un par de mini short. Observo embobado sus largas piernas y me estiro en el sofá, buscando una mejor visión de sus hermosos muslos.

Su cabello corto se mueve cuando gira y recoge unas herramientas de la mesa. Saca la lengua y la coloca en la esquina superior de su boca. Mete un mechón de cabello detrás de su oreja y se acomoda los anteojos.

¿Es acaso que hoy está mucho más linda o estoy pasando por una fase de calentamiento que no puedo controlar mis pensamientos? Desde que nuestro pecho punzó con nuestro incompleto vínculo, he estado sintiéndome cada vez más... excitado.

Y hace mucho no tenía apetito sexual. Desde mi última vez con Valezca—Aunque no haya habido penetración—Hago una mueca y vuelvo mi cabeza a su posición original. Mis ojos se enfocan en el libro que me recomendó Tatum, pero nuevamente mis ojos se vuelven a Lez. Observando su redondeado trasero, sus piernas y sus muslos. Muerdo mis labios y me limpio la baba que comienza a descender de mi boca. Aunque es ideal que esta situación pase, pero ahora mismo me está ocurriendo. La boca se me hace agua.

Mierda, debo controlarme...

Recojo la almohada del suelo y la coloco sobre mi vientre bajo, suspirando con frustración. Pero la voz dulce de Lez me provoca una sobrecarga de emoción que tengo que sentarme bien y mirarla más rojo que un tomate. Lez se acerca y no puedo evitar observar el hermoso contoneo que tienen sus caderas. Como sus largas piernas se mueven y se acercan, y solo puedo imaginar lo lindas que se van a ver alrededor de mis caderas o alrededor de mi cabeza. Relamo mis labios y sacudo mi cabeza cuando se detiene frente a mí.

—Asher, ¿estás bien, amor?—inquiere, sentándose en la esquina del sofá. Sus manos suaves se posan sobre mi antebrazo y trago saliva. Su tacto quema.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora