Hablar

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Capítulo 13

Valezca.

"Se ve hermoso cuando está distraído y ni siquiera se da cuenta"

Estaba desnudo.

Lo vi desnudo.

Su cuerpo sin nada de ropa que cubriera sus atributos, y no solo eso. También vi como su gran mano envolvía su duro miembro y su rostro se contorsionaba de placer.

Ay, por mis antepasados y estrellas del cielo.

Me abanique, mirando a mi grupo de soldados haciendo flexiones con expresiones insufribles. Algunos contaban en voz alta y me fulminaban con la mirada, pero yo estaba distraída.

La imagen de Asher en mi cabeza volvía a repetirse una y otra vez. El calor viajo de mis pies a mis orejas, pensé en cómo su abdomen marcado se contraía y las gotas de agua se deslizaban como celestiales caricias. Mordí mi labio y pose mi mano sobre mi pecho, sonriendo como una tonta.

Ay, que hermoso es mi elegido, cajita.

Capitana, ¿se encuentra bien?—salí de mis pensamientos al oír a un soldado. Hago sonar mi garganta y cambio la expresión de mi rostro.

Valezca, debes dejar de pensar en tu elegido en el trabajo.

—Por supuesto que sí.

El soldado con ojos amarillos y angelicales me miran con fijeza durante unos minutos, antes de bajar la cabeza y sonrojarse hasta el cuello. Fruncí los labios y carraspeo.

—Sus mejillas están rojas. Usted parece acalorada, mi capitana, como si le faltara el aire—chasqueó la lengua, mirando a su alrededor, juntando sus manos detrás de su espalda.

—Estoy bien, soldado.

Apreté mis labios y mi ceño se frunció al unir mis manos detrás de mi espalda, manteniendo mi postura recta. Mi cabello se balanceó ante el movimiento y las puntas me hicieron cosquillas en el dorso de mis manos.

Vi como mi soldado volvía a su lugar y comenzaba a seguir los ejercicios indicados en la plataforma sobre el muro. El pasto debajo de mis pies se hizo húmedo y miré el cielo con los ojos entrecerrados. Las nubes oscuras se estaban asomando, el cielo del atardecer se estaba yendo. Así que, me moví frente a la plataforma y golpee el piso con la punta de metal de mis botas. Todos se detuvieron y alzaron, poniéndose rectos ante mí.

—Los ejercicios han acabado. Pueden retirarse.

Miré las puertas de la base con la sangre fluyendo con rapidez por mi sistema. Los nervios crecieron rápidamente y no pude reemplazarlos con nada. He estado ignorando lo suficiente a Asher como para hacerme doler el corazón. Y por las estrellas, aquello me lastima muchísimo. No quiero hacerlo, realmente no, pero inconscientemente siempre le hago daño con mi indiferencia.

Hay que hablar con Asher, pienso. Debo hacerlo, no solo porque lo estoy lastimando evitando su presencia y sus maravillosos saludos por la mañana, sino que también eso nos hace daño. A él y a mí. Ignorarlo solo nos hace mal, por el echo de que ya no tengo control sobre mi cuerpo. Deseo con toda mi alma sentir sus labios sobre los míos, sus manos sobre mi cuerpo y hacer aquello que experimente en el placer momentáneo. Necesito experimentar eso por una vez en mi vida, porque la vez en donde me sometí a aquella máquina, el placer y la satisfacción se hicieron cargo de todo mi cuerpo. Los vellos de mis brazos se erizaron al sentir esas ráfagas y apretones en la pelvis, la respiración masculina y el olor almizclé entrando a mis fosas nasales. Mis oídos fueron capaces de oír el choque de masas y el corazón acelerado de la persona falsa tocándome. Se sintió tan real, tan mágico. Que por un instante, deseé ir a casa y hacerlo con mi compañero.

Asher #3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora