𝒳𝐼

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Beomgyu observaba el paisaje mientras cosechaba algunas verduras. El sol amenazaba con esconderse pronto así que decidió apurarse para que la noche no cayera antes de que terminase.

Le molestaba que lo pusieran a realizar quehaceres que no le correspondían; él sólo era un jardinero, pero se aprovechaban que había estado todo el verano en el campo aprendiendo más cosas.

El verano, pensó.

— El verano fue muy largo... El verano me gustó mucho. — Les decía a las zanahorias que sostenía en sus manos. — Estuve mucho tiempo alejado del castillo, pero fue un momento que no cambiaría por nada.

Beomgyu sacudió un poco el sombrero que traía puesto y se dirigió a donde estaban las papas.

— ¡Esta parece un corazón! — Chilló emocionado y la limpió para después colocarla en lo más profundo de su canasta. — No quiero que nadie más la vea... quisiera cocinarla yo mismo.

Después de un largo rato de recoger y cosechar verduras, Beomgyu se encaminó hacia al castillo para entregárselas a las mujeres que estaban a cargo de eso.

— ¿Puedo cocinar una sopa de pollo? — Preguntó tímidamente. — Recuerde que tengo un resfriado.

La mujer se le quedó viendo por un momento mientras que Beomgyu señalaba su nariz claramente roja.

— Espera a la noche para que lo hagas, ¿de acuerdo? El consejero del príncipe nos llamó la atención por mandarte a buscar medicinas... te dijimos que no fueras por los pasillos, niño tonto.

— Lo lamento. — Se disculpó agachando la cabeza levemente.

La cocinera solo le indicó que continuara con sus actividades y que por la noche podría cocinar su sopa.

Beomgyu salió corriendo con su papa en forma de corazón hacia su pequeño cuarto, así podría guardarla ahí hasta que cocinara.

I know places // YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora