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Yeonjun veía los labios del consejero moverse, pero ningún sonido salía de su boca.

— ¿Majestad? ¿Se encuentra usted bien? Parece algo cansado. — Soobin preguntó agitando su mano frente a la cara del príncipe.

— Perdón, ¿podrás repetir lo que decías?

Soobin le regaló una sonrisa al príncipe y por alguna extraña razón, eso lo tranquilizó. — No era nada importante realmente, ¿le gustaría salir a dar un paseo? Hace un poco de frío, pero creo que funcionará para despejarlo un poco.

Yeonjun asintió levemente y así fue como ambos chicos se colocaban sus mejores ropas para salir a la fría noche.

— ¿A dónde le gustaría ir? — Preguntaba Soobin a su lado.

El príncipe quería ir a su lugar secreto con Beomgyu, pero no sabría si este se enojaría si llevase a alguien más, pues era algo muy importante para ambos.

— ¿Majestad?

Después de pensarlo unos segundos más, llegó a la conclusión de que si el jardinero no se enteraba no podría pasar algo malo.

— Ven, te voy a llevar a un lugar hermoso, pero tienes que prometerme que no le dirás a nadie de su existencia ¿entendiste? — Yeonjun le susurró al oído provocando miles de sensaciones en Soobin. — Es una orden.

— Sí majestad.

El príncipe tomó la mano del consejero y caminaron por el bosque durante un rato hasta llegar a las cortinas de lianas.

— Es aquí, ¿estás listo? — Soobin asintió un poco nervioso. — Vamos.

Soobin veía asombrado a su alrededor. Era algo que sus ojos nunca pensaron que verían en vida, ¿cómo era que algo tan hermoso pudiese existir a unos cuantos metros del castillo?

Por el contrario, Yeonjun observaba la luna y pensaba que particularmente se veía hermosa hoy, le hubiese gustado que Beomgyu estuviese a su lado viéndola.

Beomgyu...

El sentimiento de culpa comenzaba a invadir su cuerpo poco a poco y generaba un estado de ansiedad en él.

— Majestad. — Soobin llamó su atención. — Es un lugar realmente hermoso.

— Lo sé... dije lo mismo cuando lo vi por primera vez.

Ambos chicos observaban atentamente la luna y el sonido de los grillos los abrazaba por los lados.

Soobin bajó la mirada y observó al príncipe por un instante; su perfil era realmente hermoso y su cabello negro como la noche caía sobre su rostro, sus ojos eran iluminados por la luz de luna y su nariz estaba roja debido al frío.

El príncipe volteó a verlo y le regaló una sonrisa provocando un escalofrío en la espalda del consejero.

— Majestad...

Soobin se acercó lentamente hacia él y con ambas manos tomó el rostro del príncipe haciendo que sus labios se unieran en un beso.

El príncipe, sorprendido, cerró sus ojos y sintiendo la nieve caer sobre ellos, correspondió el beso del consejero.

— Yeonjun...

Beomgyu observaba atónito la escena; su delgada y roja bufanda cubría la mitad de su rostro y en sus pequeñas manos sostenía una rosa roja, pues al salir del castillo tuvo el presentimiento de que su amado había ido a su lugar secreto y ciertamente, no se había equivocado.

El príncipe y su consejero se separaron rápidamente. — Beomgyu...

Enojado, el jardinero tiró la rosa al suelo y pisándola se acercó a Soobin para empujarlo. — ¡Tú! ¡Tú eres una persona despreciable! ¡Te atreves ir y advertir a mi padre sobre un romance y sólo mírate eres igual que nosotros! ¡Te odio!

Beomgyu se encontraba sobre Soobin jalando sus cabellos y soltando puñetazos a su cara. — Beomgyu es suficiente ¡Es suficiente!

Yeonjun había empujado bruscamente al jardinero pues este había comenzado a cruzar el límite y se arrodilló junto a Soobin — ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Acaso eres un animal?! ¡¿No tienes educación?!

Observaba sus nudillos morados por el frío y por los golpes y escuchaba los quejidos del alto al igual que pequeños "¿estás bien?" "ven, vamos a curarte" "coloca tu brazo en mi cuello" por parte de Yeonjun.

— Tú... tú me prometiste que nunca lloraría. — Las lágrimas habían comenzado a caer sobre sus mejillas al igual que el moco que escurría de su nariz. — ¡Me prometiste que me curarías cuando estuviera adolorido!

— ¡¿Qué no ves lo que hiciste?! Míralo, sólo detente por un momento y míralo. — Yeonjun gritaba enojado.

Beomgyu observaba aterrorizado lo que había causado: Soobin tenía el ojo inflamado, la sangre escurría por su nariz y su frente, entre los golpes y el frío, sus labios estaban rotos y sangrando, no sabía cómo una persona de su estatura y complexión podía haber hecho todo eso.

— Yo... yo lo lamento...no fue mi intención, por favor déjame ayudarlo. — Dijo acercándose pero Yeonjun lo apartó de inmediato provocando que cayera al suelo.

— Aléjate, por favor. No empeores la situación, ¿sí? Mira... me caso la próxima semana y de alguna manera u otra esto tenía que terminar, pero no quería que fuese así... Lo lamento Beomgyu, pero esto se ha terminado.

El jardinero observó al príncipe marcharse por el camino de nieve que se había formado y tirado en el suelo tomó la rosa pisoteada.

— Pero... tú lo prometiste...

I know places // YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora