𝒳𝐼𝒱

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A los 15 años, Beomgyu había recibido un par de botas por parte de su padre y un pequeño pan con queso por parte de las cocineras.

Estaba demasiado contento con ambos regalos, no se le ocurría algo mejor qué eso y tampoco es como si lo quisiese, era suficiente para sentirse querido.

Caminaba por el jardín con sus nuevas botas revisando que todo estuviese en orden.

— ¿Son nuevas?
Beomgyu observó al príncipe de 17 años acercarse lentamente hacia él ocasionando una intensa sudoración en sus manos.

— Ma-ma-majestad. — Se inclinó. — Lo son.

— Son realmente lindas, ¿quién te las obsequió? — El príncipe se acercó hacia sus pies y observó detalladamente.

Beomgyu comenzaba a ponerse nervioso, pero trataba de ignorar la razón por la cual lo hacía; el príncipe estaba demasiado cerca o el príncipe pensaba que había robado las botas.

— Mi padre. — Contestó dando un paso hacia atrás. — Son un regalo de mi padre.

— ¿Un regalo? — Preguntó Yeonjun inclinando un poco su cabeza.

— ¡Es mi cumpleaños! Nosotros no robamos nada majestad, mi padre trabaja duro para darnos lo mejor y esto es la evidencia. — Beomgyu se había inclinado hasta observar sus rodillas.

— No seas tonto, ponte derecho. — Ordenó Yeonjun. — No tienes por qué darme esa clase de explicaciones, yo sé que tú y tu padre jamás robarían así que no le faltes el respeto de esa manera.

Beomgyu había regresado a una posición normal y observaba como el príncipe, serio, lo regañaba con el ceño fruncido y haciendo ademanes.

— ¿Has ordenado tú mi jardín, cierto? — Preguntó el príncipe, pero la verdad era que él sabía la respuesta.

— S-s-sí majestad. — Agachó la cabeza para disimular el rubor en sus mejillas. — ¿Le ha gu-gu-gustado?

— Es hermoso, por favor mantenlo así siempre.

Beomgyu había vuelto su mirada hacia arriba provocando que se conectara con la del joven príncipe, quien le regalaba una sonrisa cálida y honesta, y en ese momento experimentó lo que por primera vez aceptó como amor.

— ¡Majestad! — Gritó la voz de un hombre. — El nuevo consejero ha llegado, por favor venga cuanto antes.

— En un momento estaré ahí. — Yeonjun rompió su pequeña "conexión" para voltear y responder. — Es momento de que me vaya, espero ver mi jardín arreglado.

— ¡Sí mirada! Digo, majestad.

Yeonjun rio por lo bajo y comenzó a caminar alejándose, pero volvió para decir:

— Feliz cumpleaños.

I know places // YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora