𝒳𝒱𝐼

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Eunji caminaba por el jardín del príncipe, el cual estaba platicando con su padre dentro del castillo, y observaba detalladamente cada flor o rosa que se encontraba en este.

— Que hermosa. — Pronunció contemplando un adenio.

— Es una rosa del desierto princesa. — La voz de un chico había espantando a la joven chica. — No era mi intención asustarla.

— ¿Tú eres el jardinero, cierto? — Preguntó tendiéndole una mano. — Soy la princesa Eunji

Beomgyu la aceptó sonriente. — Soy Beomgyu, el jardinero.

Ambos continuaron observando el jardín en silencio; Beomgyu de vez en cuando la volteaba a ver y pensaba que de cerca era mucho más bonita que la última vez que la vio y también se preguntaba cómo era posible que Yeonjun no gustase de ella.

— Dime Beomgyu, ¿qué clase de flores le gustan al príncipe?

— La rosas, a él le gustan las rosas. — Acarició una y sonrió. — Majestad, si no le parece inoportuna la pregunta, ¿qué clase de flores le gustaría para su boda? Hablando de las decoraciones y su ramo.

Eunji notó un poco de timidez en el chico y observó que se ruborizaba también, ocasionando que soltara una pequeña risita.

— Creo que como decoraciones podríamos poner rosas ¿no crees? Por el príncipe... y en cuánto al ramo, me gustaron las rosas del desierto ¿te podría pedir ese favor?

— ¿Cuál exactamente? — Preguntó tímidamente.

— Que te encargues de los arreglos. Tengo entendido que generalmente lo hace alguien más, pero quiero que lo hagas tú. — Le regaló una brillante sonrisa.

— ¡Claro majestad! Puede confiar en mí. — Asintió emocionadamente Beomgyu.

— Nos vemos pronto en ese caso. — La princesa se despidió agitando levemente su mano.

— ¡Hasta luego! — Beomgyu hizo una reverencia y siguió avanzando por el solitario camino.

I know places // YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora