I know places // Yeongyu

𝒳𝒳𝐼𝐼

Aunque pasaran las noches juntos en su pequeño lugar secreto, Beomgyu sentía que no era suficiente.

Diciembre ya había comenzado y eso significaba que la boda estaba cada vez más cerca... por consecuencia, el fin de su amorío también se acercaba.

O al menos eso pensaba él.

El jardín del príncipe se encontraba en excelentes condiciones, solamente que el agua de la fuente de vez en cuando se congelaba y los arbustos estaban cubiertos por la nieve, pero el jardinero se las ingeniaba para mantenerlo hermoso para su amado.

En cuanto el príncipe, él se hallaba en un estado de estrés y ansiedad que jamás había experimentado; entre su padre enfermo, la boda y sus próximas actividades como rey no tenía tiempo para pensar en él o cómo se sentía.

Últimamente pensaba en que pasaría cuando se casara... ¿Qué iba a pasar con su relación? ¿Terminaría? No quería eso, no quería herir al jardinero y tampoco quería dejarlo... creía firmemente en que estaba completamente enamorado de él.

Beomgyu hacía que Yeonjun pudiera sentirse bien consigo mismo y hasta libre en ciertos aspectos. Cuando quería escapar de la realidad sabía que había un lugar en donde podía esconderse y sabía que había alguien quien lo iba a querer sin importar qué... pero Yeonjun también pensaba que pensar en eso era algo sumamente egoísta y se preguntaba si él podía también lo podía querer de esa manera.

— ¿Crees que todas las almas gemelas puedan estar juntas? — Preguntó Yeonjun observando la nieve caer.

— Creo que no siempre pueden estar juntas en la vida que desean, pero sostengo que si están destinadas podrán reencontrarse en otra vida. — Respondió la princesa. — Hoy no tienes tu brillo usual, ¿Te sientes mal? — Eunji preguntó un tanto preocupada, se había acostumbrado a los chistes y amabilidad del príncipe, pero hoy no parecía el mismo.

— No he dormido bien, eso es todo. — Sonrió débilmente. — ¿Te molestaría si me retiro a tomar una siesta?

— Adelante, hazte ese favor a ti mismo. — Le regaló una sonrisa.

Yeonjun hizo una reverencia y caminó hacia la salida del estudio.

— Por cierto... — Pronunció Eunji llamando la atención del príncipe. — Tú jardín se ve hermoso hasta con la nieve cayendo.

— Gracias.