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El sonido de las campanas retumbar, las rosas rojas junto con las blancas y los pequeños pinos cubiertos por nieve hicieron que Yeonjun despertara de su trance.

Podía ver muchas personas importantes sentadas vestidas elegante observándolo a él y a su esposa caminar hacia fuera del templo.

Eunji se veía hermosa con su esponjado vestido blanco y su gran velo del mismo color; sonreía y saludaba a los habitantes del pueblo que corrían de un lado a otro para ver el alboroto de la boda real; Yeonjun imitaba, inconscientemente, a Eunji tomándola por la cintura.

El carruaje llegó y los trasladó hacia el castillo en donde continuarían con la celebración.

— Eso estuvo bien, pensé que se me olvidarían los votos. — Eunji rió. — ¿Estás bien?

— No te preocupes por mí, estoy bien.

Después de eso, el camino fue completamente en silencio y sin interacción alguna entre ambos, una situación realmente incómoda.

Al llegar al castillo todo pasó muy lento para Yeonjun y lo que parecieron siglos, fueron horas. Saludaba a tanta gente desconocida, aceptaba sus regalos al igual que algunos de las personas del pueblo y de vez en cuando, buscaba con la mirada a su amado, pero este jamás se apareció.

Esperaba impaciente a que la noche llegara para poner excusa de que se encontraba agotado y así poder ir a buscar al jardinero a su lugar secreto.

Quería arreglar las cosas con Beomgyu y, aunque sabía que lo más probable era que ya no podrían estar juntos, estaba dispuesto a luchar por una última noche.

La princesa lo observaba y podía ver que algo estaba pasando... el estado físico del consejero, el jardín desarreglado, el jardinero sin aparecer y Yeonjun parecía estar enojado, triste y ansioso, algo definitivamente estaba pasando.

Eunji recordó la primera vez que habló con Beomgyu y no exactamente cuando le sirvió vino en la cena, sino cuando platicaron sobre el jardín del príncipe y las rosas; todo parecía normal hasta que unos meses después, su jardín se encontraba en un estado lamentable... parecía un corazón roto y todo había comenzado a tomar sentido para Eunji.

— Majestad, ¿podemos hablar?

— Claro.

Eunji se disculpó con las demás personas y tomó al príncipe de la mano alejándose de la multitud. Caminaron unos cuantos metros hasta llegar al jardín congelado.

— ¿Qué está sucediendo? — Preguntó Yeonjun extrañado por la situación.

— ¿Qué pasó entre ustedes tres? — Soltó sin más tomando al príncipe por sorpresa. — Sé qué hay algo mal... tu jardín lo delata.

— No sé de qué hablas. — Yeonjun apartó la mirada. — Mejor hay que regresar ya.

— Tienes que arreglarlo. Estás en un estado lamentable al igual que tu jardín, dan pena. — El tono de Eunji había cambiado por completo, pasando de uno preocupado a uno serio. — Arregla tus problemas primero, terminen bien o no, no quiero que el próximo rey no tenga el valor de enfrentarse a situaciones provocadas por él mismo. Hazlo antes de que yo interfiera.

La princesa se marchó dejando a Yeonjun en medio del jardín congelado.

I know places // YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora