Dos semanas después.
─ Jimin ven a desayunar ─ fue la voz de Misuk quien acompañado de dos pequeñas y alegres personitas preparaba un delicioso desayuno para que pudieran comer los cuatro antes de comenzar sus actividades rutinarias.
El Omega visitaba a su hijo todas las mañanas y le ayudaba en algunas cosas, como limpieza y la cocina, más ahora que el peligris retomaría su vida laboral, pues según la doctora encargada de sus ojos ya estaba listo para volver a su trabajo y poco a poco seguir con su vida normal.
─ Abu, tengo mucha hambre ─ dijo la pequeña Yeji sentada junto a la mesa, esperando impacientemente su desayuno.
Misuk preparó leche para ambos niños pues a estos les encantaba, más a la cachorra quien en ocasiones hasta pedía más.
─ Paciencia, aún falta que tío Minnie baje con nosotros, no podemos empezar a comer sin él ─ agregó el cachorro de rasgos muy similares a los de su hermana, este también tenía mucha hambre; pero le gustaba más comer junto a su tío, pues este olía súper rico y su sonrisa es muy bonita.
─ Calma pequeña, tu desayuno ya casi está listo y Jimin no tarda en bajar ─ respondió cariñosamente el omega mayor, poniendo los últimos detalles a cada plato, todo esto acompañado de una cálida sonrisa y su aroma siendo tan dulce y agradable para los menores, e incluso para su propio hijo.
Amaba preparar el desayuno de su familia, lo había hecho en muchas ocasiones para su ex esposa y su hija menor, pero nunca lo sintió tan agradable, cálido y reconfortante como lo es cuando lo prepara para Jimin y sus nietos, esa tensión que sentía en su cuerpo ya no existe, muy al contrario, cada vez que está con ellos siente un sentimiento de paz y alegría que por primera vez en muchos años vuelve a sentir en su pecho.
Porque antes ni siquiera tenía permitido hablar, ahora las sonrisas nunca faltan gracias a los cachorros y puede tener a su hijo a su lado, lo ve y cuida como antes no lo hacía, y eso es un regalo para él.
Sin duda agarrar valor y escapar de las garras de Minhae fue lo mejor que pudo pasar, gracias a eso disfruta de su verdadera familia.
─ Abu, te tengo un regalo ─ dijo la pequeña Yeji con una sonrisa inocente.
El omega mostró interés y también le regaló una sonrisa. Yeji era una niña muy creativa, incluso más que su hermano, la otra vez le regaló un dibujo y anteriormente le escribió un poema, regalos que el mayor guarda con cariño.
─ A ver, ¿que tiene para mí mi hermosa nieta?
─ Cierra los ojos ─ pidió con entusiasmo.
Antes de ceder a los divertidos deseos de la niña el omega se aseguró de apagar el fuego, ya luego hizo caso y cerró ambos ojos siguiéndole el juego a la menor.
Esta rápidamente sacó una paleta de corazón que había estado guardando y cuidando desde ayer y bajo la curiosa mirada de su hermano levantó su mano con el caramelo totalmente emocionada.
─ ¡Tadan! ─ su infantil voz provocó que su abuelo abriera los ojos de golpe.
─ ¿Es para mí? ─ dijo mientras la niña se acercaba a él y le entregaba la paleta, cabe destacar que el omega no era muy fanático de los dulces, pero como decirle que no a su adorada nieta, jamás lo haría.
─ Sipi, me lo dio mi maestro porque yo le ayude ─ dijo orgullosa, pues sabía que había hecho una buena obra.
─ ¿Enserio? ─ dijo asombrado ─, ¿cómo la ayudaste, pequeña?
─ Es que por accidente dejó caer todas las hojas con nuestros dibujos al suelo y como sus ojitos no le ayudan a ver donde cayeron quise hacerlo yo ─ ella fue la única de sus compañeros que le ayudó, los otros niños solo veían sin hacer nada ─, luego él me agradeció y me regaló un caramelo, dijo que era un regaló ─ agregó.
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Después de los 30 [Yoonmin] #2
RomanceLa pérdida de un ser querido puede ser algo sumamente doloroso y difícil de superar, pero ese suceso traumático será el inicio de una nueva etapa y la razón de una fortaleza desconocida que será utilizada para proteger aquello que te mantiene con vi...