No sabe con exactitud qué horas son, el día se volvió tortuosamente largo, perdió la noción del tiempo y los minutos se volvieron eternos.
Sus pupilas están dilatadas, la respiración es preocupante, su estómago se revuelve y siente que podría vomitar en cualquier momento.
Misuk sintió una terrible opresión en el pecho cuando el médico le pidió que lo acompañara a la morgue, era la primera vez en sus 52 años que visitaba un lugar como estos, el frío que hacía ahí era espeluznante, los vellos se le erizaron, la sangre se lo congeló y lo único que pudo hacer fue abrazarse a él mismo mientras era guiado por aquel alfa de mirada cansada.
Mira a su alrededor, las paredes están sucias y descuidadas, el silencio es aterrador, sofocante y enfermizo. Con cada paso que da sus pisadas pueden escucharse claramente, el aroma que ahí se respira puede enfermarlo si se mantiene mucho tiempo ahí dentro.
Hay angustia y desesperación en cada feromona, quiere salir corriendo.
Pero Yoongi está en alguna parte y él se juró a él mismo y a su propio hijo que lo ayudaría, no hay tiempo para ser un cobarde; Musuk reunió toda la valentía que hubiera en su interior para cumplir lo que había prometido.
─ Es aquí ─habló el alfa trayendo un poco de alivio al más pequeño.
─ ¿Yoongi está ahí dentro? ─ preguntó apuntando a la puerta de metal.
El alfa asintió al mismo tiempo que abría la puerta, más frío violento el cuerpo de Misuk arrebatándole un suspiro tembloroso que fue captado por el mayor; pero debido a su enorme trayectoria como forense no le sorprendió en lo absoluto, en realidad ni siquiera se inmutó, todos reaccionaban de la misma forma.
Los ojos del omega se ablandaron considerablemente cuando al fin pudo verlo, su corazón dolió y quiso correr para abrazarlo.
Sus pies se movieron sin su voluntad caminado a paso torpe y dudoso hasta el pelirrojo.
Yoongi tenía el rostro húmedo, los ojos hinchados, la nariz roja y el seño fruncido; pero no fue esa imagen la que hizo que su corazón se apretara dentro de su pecho y doliera al punto de provocar sus lágrimas, había algo que hacía ver al alfa como un cachorro desprotegido.
─ Después que le entregue las pertenencias de su madre no ha querido soltar esa prenda, quizá sea su forma de llevar el duelo ─ compartió el alfa con un brillo de tristeza en su mirada.
Misuk llegó hasta donde se encontraba el menor sentado, desde ese ángulo lucía tan devastado, aunque no estaba lejos de la realidad.
Yoongi se había aferrado a la camisa que Hyebin traía puesta esta mañana, la cual aún conservaba su aroma, acto que conmovió al omega y a su lobo interior.
─ Yoongi… ─ habló sutilmente, llevando su mano derecha al hombro del alfa para colocarla con cuidado, sin la intención de asustarlo; pero para su desgracia falló en el intento, pues fue notable el pequeño sobresalto que el pálido sufrió.
─ Lo siento ─ se disculpó con voz suave, alejando la mano al instante.
Yoongi lo miró sin decir ni una palabra, el brillo de su mirada no estaba, Misuk solo puede recordar la enorme chispa de felicidad que se instaló en sus orbes azules cuando recibió la noticia sobre el éxito de la operación de su hijo, muy diferente a lo que ahora mira y eso es lamentable.
─ Aquí estoy, vine para ofrecerte mi apoyo en estos momentos ─ a pesar de la situación intentó sonreír para transmitirle la confianza que buscaba; pero después se reprochó, la situación no se prestaba para mostrar una sonrisa e incluso sintió miedo de que el pálido se molestara por su descuido, pero no fue así.
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Después de los 30 [Yoonmin] #2
RomanceLa pérdida de un ser querido puede ser algo sumamente doloroso y difícil de superar, pero ese suceso traumático será el inicio de una nueva etapa y la razón de una fortaleza desconocida que será utilizada para proteger aquello que te mantiene con vi...