🌼 Capítulo 9 🍂

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Estaba frío, sólo y envuelto en su totalidad, el silencio dentro de aquella habitación hace que su mente se mantenga tranquila y el sueño tome fuerza, llevándolo hacia aquel lugar escondido que solo puede visitar una vez su mente deja de trabajar.

Cuando sus ojos se cierran, y la oscuridad no sólo es física, es ahí cuando la tristeza que se lo ha ido comiendo poco a poco no es nada y desaparece por pocos pero valiosos segundos.

No es capaz de sentir nada, absolutamente nada, solo la hermosa sensación de estar flotando, algo similar a cuando te sumerges en el agua y tu cuerpo comienza a flotar sin que te esfuerces para nada. Es hermoso, su mente ya no puede torturarlo, aquellas imágenes se esfuman, dejando una hermosa paz.

Las ventanas están cerradas, las luces apagadas y ha perdido la noción del tiempo, ya no sabe si es de día o de noche, su cuerpo tampoco le exige alimento, solo un  par de veces fue al baño para luego regresar a la cama y volver a enrollarse en la sabana que lo ha acompañado desde que se mudó.

Sus párpados están pesados, su respiración se volvió tranquila y suave, su lobo al igual que él se encuentra en completa calma, deseando que el momento de rendirse ante el morfeo llegue para dejar de sentir y poder descansar de nuevo.

Aunque ya lo haya hecho muchas veces, aunque solo hayan pasado un par de horas desde que despertó, ambas partes lo único que anhelan en este momento es perder el conocimiento y que las horas sigan pasando sin sentirlas.

Está por conseguirlo, ya no es consciente de lo que sucede a su alrededor, otra vez aquella oscuridad está por cubrirlo como una nube gris que oscurece todo a su paso.

Pero cuando menos lo imagina y de la forma menos esperada las cortinas son abiertas bruscamente ocasionando que toda aquella claridad producto de un día soleado entre por la ventana causando que sus ojos se cierren con fuerza y lleve la cobija hasta cubrir todo su rostro.

Debido a su mala alimentación y estilo de vida, su olfato en estos momentos es un asco, de lo contrario su reacción hubiera sido otra al saber de quién se trata.

Aunque lo primero que se le vino a la mente fue la interrupción de su amigo.

─ ¡Yugyeom! ─ bufa molesto ─ ¿porque haces eso? Podrías haber tocado antes.

Siempre es lo mismo, lo interrumpe cuando está por caer dormido y no se enoja porque es su casa, aún así el tocar la puerta antes no estaría mal y es más, hasta podría agradecerlo.

No hay una respuesta, sólo unos cuantos pasos en el interior, pasos que francamente no se oían como Yugyeom, pues para la iniciar el nunca caminaba con tanta calma, segundo se escuchaba como el sonido de unos tacones, quizá los de unas botas.

─ Es muy tarde para seguir en cama, abre los ojos y mírame.

Su respiración sufrió una fuerte sacudida, el pelaje del alfa se erizó como si una corriente eléctrica lo hubiera golpeado bruscamente al poder reconocer aquella voz que muchas veces ha escuchado tiempo atrás y como siempre es capaz de hacer que su cuerpo se congele y quedé petrificado.

La velocidad en la que su corazón bombea es increíble, sus ojos que antes con un poco de dificultad se abrían levemente ahora están tan abiertos demostrando toda aquella euforia que su pecho siente.

Toda aquella oscuridad se esfumó como el viento se lleva el polvo.

Y quizá ya esté alucinando, pero por algún motivo esa ilusión provocó un cambio de sensaciones notorias dentro de él, por primera vez y sin mucho esfuerzo logró olvidar aquellos fragmentos que venían a su mente con la única intención de atormentarlo, que hacían que su cabeza doliera y su único escape era dormir, ahora su mente presta atención a otra cosa y eso gracias a su voz.

Después de los 30 [Yoonmin] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora