🌼 Capítulo 7 🍂

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─ Estoy de vuelta.

La atmósfera tranquila era el perfecto incentivo para que Misuk cediera a sus deseos y fuera a su habitación a dormir.

Se siente cansado y fatigado, solo quiere caer rendido sobre la cama y descansar hasta que el sol salga otra vez, hasta que sus fuerzas regresen y se sienta renovado como si volviera a ser un jovencito.

Ahora que Jimin volvió al trabajo se podría decir que tendrá más tiempo para él, pues al parecer su hijo ya no lo necesita más, cosa que lo pone feliz. La operación del omega solo fue una nube gris la cual poco a poco van dejando atrás, quiere confiar en que su hijo no tendrá más problemas con su vista de aquí a muchos años, cuando haya conocido a sus hijos, sus nietos y bisnietos, hasta que haya visto la última maravilla de este mundo y se sienta satisfecho.

Se siente más aliviado, Jimin ya está enterado sobre su embarazo, ya no le oculta nada y le alegra que a pesar de lo grande que era la noticia Jimin lo tomó con calma y a bien, o al menos eso fue lo que le pareció y quiere creer.

En cuanto a Yoongi, esa es una situación que se les salió de las manos, nota a su hijo más desesperado cada día, aunque trata de no parecerlo, pero es su padre, sabe que las cosas van de mal en peor y por obvias razones eso va a afectar a su hijo.

Solo ruega a la Diosa que Yoongi no intente hacer una estupidez de la cual después se arrepienta.

─ Bienvenido señor Park, llega justo a tiempo, estoy por ir a recoger a los niños al colegio.

Liz es una omega muy alegre, se lleva muy bien con los pequeños y los cuida demasiado bien, tanto que sus propios nietos la ponen en alto. Ella se ha encargado todos estos días de ir por los niños al colegio, de hacerles su lonchera, de ayudarles en su tarea, también de irlos a dejar y asegurarse que cumplan con todo lo que les piden.

El otro sabía que una niñera era lo que más le convenía en estos momentos donde no podía dedicarles el suficiente tiempo a los niños por estar al pendiente de la recuperación de Jimin.

Misuk dejó las compras del supermercado sobre una mesa de vidrio, pero no se deshizo de su abrigo.

─ No te preocupes, está vez iré yo.

Aunque la idea de ir a su cama y dormir hasta caer inconsciente sea tentadora a Misuk le nació otro deseo.

Reconoce que estos días no ha tenido mucho tiempo con sus nietos y no quiere que estos piensen que los ha abandonado como lo hizo su madre, aún tiene unas horas antes de que la noche caiga, Misuk decidió aprovecharlas y pasar un rato alegre con los cachorros.

─ ¿Está seguro señor? ─ preguntó  la pelinegra no muy segura.

Misuk asintió ─ Si, no te preocupes, si quieres también puedes retirarte, yo me encargo del resto por este día ─ dijo con una amable sonrisa.

─ Bueno ─ la omega se deshizo de su delantal ─, le tomaré la palabra ─ mencionó encantada y convencida ─ muchas gracias. ¿Nos vemos mañana?

─ Por supuesto que sí ─ porque siempre era necesaria su ayuda, además los niños no dejarían de preguntar por ella si es que ya no volviera a llegar.

Pasados unos minutos el omega salió de su casa y se dirigió rumbo al colegio de los niños.

Le tomó alrededor de unos quince minutos llegar a su destino, estacionó el coche en un lugar donde le fuera fácil sacarlo y se adentro al interior de aquella gran estructura rodeada de olores suaves e infantiles, característicos de los cachorros.

A pesar que solo había estado ahí una vez se había memorizado muy bien los salones de sus nietos, y como el que estaba más cerca era el de Hyunjin decidió pasar ahí antes.

Después de los 30 [Yoonmin] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora