1

4.3K 314 29
                                    

Gritos... sangre... bombas cayendo... humo... fuego...

Corría con dificultad, la bala en mi pierna me impedía seguir un ritmo.

No sé a cuantos he matado, no sé si eran todos del otro bando o si maté a inocentes. Tampoco me importaba, sólo quería salir de ahí.

Ya no podía respirar bien. Había mucho humo.

¿Dónde estaba Christopher? No lo veía por ningún lado.

Alguien me tomó la pierna y la apretó. No me detuve a ver de quién se trataba, sólo disparé en la cabeza para que me soltara.

¡Daneiris! -escuché la voz de mi hermano- ¡Sal de ahí ya!

Corrí siguiendo su voz, hasta que...

—Dan, despierta.

Tomé una bocanada de aire llevando mi mano a mi pecho. Mi corazón latía con fuerza sin control.

Christopher estaba frente a mí tomando mi rostro como siempre hacía para tranquilizarme.

—¿Pesadillas?

—Cómo siempre.

Miré por la ventana del avión. Estábamos en el avión privado que Christopher y yo habíamos comprando hace años de camino a Londres.

Otra vez a Londres.

No habíamos estado aquí desde hace siete años, desde que Alex Morgan tuvo la grandiosa idea de mandarnos a un campo de entrenamiento militar en Irak.

Estuve en ese lugar casi tres años, Christopher un año y medio, pero fue el tiempo suficiente para que ambos tengamos unos traumas de por vida.

—¿Irás directo a la central? —pregunté sin despegar mi vista de la ventana.

—No, quiero ver el Penthouse primero y descansar. —asentí— Iremos mañana.

Había comprado un Penthouse para ambos. Pensamos en vivir en diferentes lugares pero ya nos habíamos acostumbrado estar siempre juntos, a vivir juntos, así que desistimos que lo mejor sería seguir así.

Christopher tomaría su puesto como Coronel y yo como Capitana en la central de Londres, órdenes de Alex. Antes dirigíamos la central de Rusia, lugar donde comenzamos a ascender una vez salimos de aquel infierno.

El jet aterrizó. Sin yo pedírselo, Christopher caminó hasta la habitación de atrás mientras que yo bajaba junto con Zeus, el perro de mi hermano, y me aseguraba que las personas que vendrían por nosotros estuvieran aquí. No me gustaba tener que esperar.

Por suerte ya se encontraban esperando por nosotros. Bajaron nuestras cosas y acercaron la camioneta, me subí en ella con el perro esperando a mi hermano. A los minutos llegó entregándome a la personita que traía en brazos.

Tomé a mi hijo y lo senté en mi regazo acariciando su cabello.

—Mamá, —bostezó. Había dormido durante más de la mitad del viaje— ¿ya llegamos?

—Sí, ya estamos aquí. —dejé un beso en su cabecita cuando quiso sentarse a mi lado para mirar por la ventana.

Siempre quiso conocer Londres.

Mi hijo, Dedrick Morgan. Me enteré que venía en camino un mes después de que Alex nos mandara a ese lugar en Irak, cuando me desmayé en medio de un entrenamiento. Dijeron que debía abortar, pero me negué.

Era lo único que tendría de su padre.

Christopher tuvo que amenazar a los doctores que me atendieron para que no se le informara nada a Alex. Esa fue la razón por la que me tardé más en salir de ahí, no entrené durante el embarazo y algunos meses luego de este.

R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora