R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|

31

Una bomba cae a mi lado... Salgo corriendo lo más rápido que puedo antes de que explote, pero cuando lo hace me manda a volar lejos haciendo que me golpeé contra unos bloques que habían caído.

Me duele todo, y no creo que salga viva de aquí.

Los odios me pitan con fuerza, el sonido es tan horrible que quiero meter algo por ellos y no escucharlo más.

Hay tantos cuerpos muertos a mi alrededor... Todo esto es horrible. No sé en donde está mi hermano, con tanto dolor que siento no sé si es solo mío o también de él.

Me levanto como puedo, sintiendo que las piernas me tiemblan y no creo poder caminar bien.

Debo salir de aquí... no puedo dejar a Dedrick solo...

Otra bomba cae.

No sé en donde pero el movimiento de la tierra me hace caer al suelo otra vez.

¡Daneiris!

—¡Despierta!

Abro los ojos y termino sentada tomando una bocanada de aire.

—Dani, tranquila. —siento que toman mi rostro.

No logro identificar nada y lo único que puedo hacer es lanzar un puñetazo para que me suelten.

No siento que aire llegue a mis pulmones, me llevo la mano a la garganta sintiendo como me ahogo.

—Daneiris.

Pudo escuchar al fin la voz de Dominick, mi vista deja de mostrarse borrosa y lo veo preocupado.

—Respira, bonita. —pasa sus pulgares por mis mejillas— Nadie te está haciendo daño, estás a salvo.

—Necesito... —intento levantarme pero no me deja.

—No necesitas nada, no puedes enfrentar esto drogándote.

—Tú no tienes idea de lo que viví ahí. —los ojos se me cristalizan— Apenas puedo dormir en las noches...

—Habla conmigo, o habla con Brenda y Alexa, pero necesitas soltar eso, bonita.

Llevo mis rodillas a mi pecho, abrazando mis piernas. Todavía escucho las bombas cayendo, los gritos, los llantos.

—Luego de un año... Nos comenzaron a mandar a lugares horribles. —recuerdo— Todo era guerra, muerte...

Sin despegar mi vista de la pared frente a mi, sintiendo su mano pasando por mi espalda, cuento todo, o por lo menos un poco de lo que viví. Aún no sé si estoy lista para contar varias cosas. 

Sollozo siendo abrazada por él al terminar de hablar.

No dice nada. Sólo me aprieta contra su cuerpo llevándome a acostar en la cama.

Escucho la alarma sonar, eso significa que son las cuatro de la mañana. Dominick la apaga.

Respiro hondo apartando las lágrimas de mis mejillas.

—Debemos...

—No deberías ir a la misión. —dice y niego— Mira cómo estás.

La misión de México era hoy, partiríamos en dos horas.

—Estaré bien.  —froto mis ojos— Me distraeré con eso...

Salgo de la cama antes de que me diga algo más, dirigiéndome al baño para cepillar mis dientes y entrar a la ducha. Él entra unos minutos después. Intenté convencerme de que no vaya, pero tampoco puedo faltar el mismo día de la misión cuando ya está todo planeado.