R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|

3

Todos estaban confundidos, quizás molestos por todo lo que estaba diciendo Christopher en la reunión. Yo estaba mirando a Brenda que todavía seguía mirándome sin enter nada de lo que pasaba.

—Capitana. —Christopher llamó mi atención— ¿Algo que quiera añadir? —asentí.

—Desde mañana tendrán un nuevo entrenamiento, entrenamiento que será supervisado por el Coronel y por mí. —miré a cada uno— Los documentos ya se los he enviado. Tendrán una semana para demostrar que pueden estar en el equipo Élite, el entrenamiento no es nada sencillo pero si en verdad son lo mejor de Londres, —dije con burla— podrán hacerlo.

Se miraron entre ellos ofendidos.

—¿Por qué debemos demostrarle algo a ustedes? —Bratt se quejó.

Miré a mi hermano cuando lo vi rodando los ojos.

—¿Quieres pertenecer a la Élite, Lewis? —puse mis codos sobre la mesa— Entonces debes demostrarlo. —miré a todos los que se encontraban en la sala—Todos deben demostrarlo. No vamos a aceptar errores de nadie, o hacen las cosas bien, o simplemente se largan.

—Váyanse a trabajar, la reunión acaba. —los echó Christopher— ¿Qué no escucharon? —dice al ver que nadie se mueve.

Se pusieron de pie rápidamente y se fueron. Me quedé ahí esperando que mi hermano hablara.

—¿Franco lo sabe?

—Lo hace. —me recosté en el espaldar de la silla— No dirá nada, sólo quiere que le explique y conocer a Dedrick.

—No faltará nada para que todos sepan quien es y quien es su padre. —se frotó la sien— ¿Qué harás si Parker se llega a enterar?

—No lo sé, Christopher. —me puse de pie— Si lo llega a saber supongo que tendré que contarle todo.

—Como quieras. —se levantó y comenzamos a caminar fuera de la sala de reuniones— Pero yo te lo advertí desde hace semanas.

—No iba a dejar a mi hijo solo, Christopher, por eso lo traje conmigo.

—Y por eso te dije que te prepararas. —se volteó a mí en medio del pasillo— Porque las cosas cambiarán si se llega a enterar de todo. Nuestros planes se irán abajo.

Rodé los ojos cruzándome de brazos. En primera no la iba a dejar en Rusia sola con una niñera. No cuando no tengo idea de cuanto estaré aquí, ni si en ese caso podía mandar por él.

—Nuestros planes seguirán, Christopher. —murmuré— Ya deja de regañarme.

Fui directo a mi oficina, en donde por suerte mi hijo seguía estando. Por un momento pensé que lo tendría que buscar por toda la central.

Christopher mandó a pedir el almuerzo, un escolta lo trajo a mi oficina y los tres comimos juntos.

—¿Por qué debo estar encerrado? —preguntó mojando sus papas en salsa— No me gusta, me aburro.

—Ya te explicamos porqué Dedrick.

—Pero mamá, no es justo. —se cruzó de brazos— No me gusta estar encerrado sin hacer nada. —miró a mi hermano— Tío Chris, dile algo.

—Tu madre dijo que te quedarás aquí. —levantó una ceja— Aquí te quedas, Drick.

—Aquí te quedas, Drick. —se burló haciendo muecas, causando que Christopher le diera un suave golpe en la cabeza molestándolo— Auch.

Me reí al ver como mi hijo le sacaba la lengua y le daba la espalda a Christopher. Seguimos comiendo, él en silencio mientras que mi hermano y yo hablábamos.