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Daneiris

La cena fue muy tranquila en un lugar que a Dedrick le encanta, dice que hacen los mejores macarrones con queso del mundo. En serio intento que no coma sólo eso, pero me la pone muy difícil cuando es demasiado quisquilloso con la comida.

Dominick saca a nuestro hijo dormido del asiento trasero del auto, tiene la capacidad de dormirse en donde quiera, incluso en los lugares menos cómodos. Subimos a su departamento y mientras que mi novio lo deja en su cama yo voy a la otra habitación para quitarme la ropa. Debo verme con Christopher en un rato.

Todavía no se lo he dicho a Dominick, y pienso hacerlo luego de que llegue mucho más tarde o mañana, porque sé que no me dejará hacer nada.

Me coloco la ropa que utilizo para estas cosas, está al final de mi armario. Las armas y demás cosas que utilizo están en la cajuela de mi auto, las eché antes de que partiéramos a la cena.

—¿Me dirás que sucede? —miro a Dominick recostado del marco de la puerta— Sé cuando me ocultas cosas, Dani, así que dime.

—Te lo digo mañana. —murmuro.

Se me queda viendo mientras termino de arreglar las cosas sin decir nada.

Una vez acabo me doy la vuelta para verlo.

—Irás con Christopher a hacer algo. —deduce— Matarán a alguien, no sé a quien ni a cuantos pero sé que lo harán.

—Qué inteligente eres... —sonrío— Juro que te diré todo mañana, pero tengo que irme ahora.

Me mira serio y respira hondo. Paso por su lado dándole un beso en la mejilla, cuando planeo seguir toma mi brazo.

—Dani, ten cuidado. 

—La tendré, lo prometo. —doy un beso en sus labios para calmarlo.

Salgo de la casa tomando las llaves de mi auto. Conduzco hasta el edificio de Christopher y subo hasta su piso. Mi hermano ya me espera en la sala, con varios papeles y planos sobre una mesa.

—Al fin llegas.

—Te dije que sería tarde. —ruedo los ojos poniéndome a su lado— ¿Qué es lo que haremos?

Las próximas dos horas estuvimos armando un plan. Christopher me explicó cómo dio con los Mascherano, de una forma nada legal obviamente. El plan... No era un plan en realidad. Como siempre, sólo dejaríamos que las cosas fluyan.

En resumen: Entrar a lo maldita sea, acabar con todos y si se puede, salir vivos de ahí. Lo último opcional.

—Alejandro debe estar vivo. —lo miro— Lo quiero torturar yo.

—No pensaba matarlo. —asegura— Será tu regalo de cumpleaños.

—Nuestro cumpleaños es en un mes.

—Adelantando.

—Pues tú te eras que esperar a que llegue el día para tener el tuyo.

En realidad no le iba a dar nada. Ya tenerme como hermana, y gemela, es el mejor regalo que puede tener en su vida.

—No me darás nada.

—Sólo un abrazo.

Ve la hora en el reloj de su muñeca.

—Vámonos.

•••

Detenemos las motos antes de llegar frente al lugar en donde están los Mascherano. Una casa bastante grande pero que según los planos no tiene tanta seguridad. Llegamos en el jet a Italia, luego tuvimos que venir en nuestras motos a este lugar. No quieren llamar la atención, por eso está en medio de la nada dentro de un bosque frondoso. Las motos no hacían ruido, así que estábamos bien.

R E G R E S O |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora